UN RINCÓN MUY CURIOSO DEL CANAL DE LA MANCHA
Pasa la noche en Bishop Rock, la isla más pequeña del mundo con un soberbio faro
Es apenas un saliente de roca, por lo que, de no ser por su faro, algunos ni la considerarían isla. Cerca de la costa de Inglaterra, su torre vigía es, además, una pequeña casa de huéspedes. Allí pasar la noche es toda una pasada.
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¿Buscas un lugar solitario en el que no cruzarte con nadie? ¿Eres famoso y quieres un rincón donde ni un solo paparazzi pueda acercarse? ¿Te gustan los lugares extraños sin igual en el mundo? Estás de enhorabuena, porque te proponemos pasar la noche en un lugar pintoresco que cumple todas esas exigencias: la isla de Bishop Rock.
A apenas seis kilómetros de las islas Sorlingas, en la región de Cornualles (sur de Inglaterra), se trata de una pequeña saliente rocosa que sobresale del mar y que, seguramente, pasaría desapercibida por navegantes y cartógrafos si no fuera porque es la sede de un gran faro. De hecho, es la isla más pequeña del mundo con un edificio, como así consta en el Libro Guinness de los Récords.
También es por la construcción que es una isla como tal y no uno más de los islotes rocosos alrededor de las islas Sorlingas. Estos fueron los culpables de los hundimientos de muchos barcos hasta que se levantara allí el faro. La catástrofe más famosa fue la de un navío de la Marina británica, comandado por Sir Cloudesley Shovel, que se hundió en 1707, junto con 2.000 hombres. Fue tal la tragedia que la Elder Brethren of Trinity House (la corporación que se encarga de construir y gestionar los faros en Reino Unido) estableció la necesidad de iluminar y señalizar las islas Scilly, que en ese momento sólo contaban con el antiguo Faro de Santa Inés.
Así nació este Bishop Rock, el faro en el área más peligrosa de la zona rocosa, la occidental. James Walker, ingeniero del Trinity House, no quería una torre de granito sólido porque el borde de la roca era demasiado pequeño y no podría soportar la tremenda fuerza del Atlántico y el viento. De hecho, una de las imágenes más famosas de este faro es siendo azotado por tempestades.
Decidió hacerlo mediante una base de columnas de hierro que permitieran pasar a las olas, sin bloquearlas. En dos años, la estructura esba terminada, pero un vendaval la derribó antes de poner la linterna. Se decidió volver a la idea de granito, pero esto obligaba a trabajar solo los días de mar en calma, lo que retraso siete años la construcción. Se inauguró en 1858.
La experiencia de conocer este gran faro de 49 metros de alto, que desde 1976 cuenta con helipuerto, es más que posible. Desde 1992 no hay guardianes del faro, pero sí se ha reconvertido en casa de huéspedes muy particular. Hasta cuatro personas puede albergar, así como visitas a su infraestructura de 10 plantas. Eso sí, no se puede estar más de tres semanas por huésped, por lo que nadie puede convertirlo en retiro permanente.
Si te apetece tener esta experiencia, ve reservando cita con la Trinity House y concierta tu visita. Seguro que la aventura no se te olvida jamás.
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