Palacio de Drottningholm: historia, datos curiosos y dónde encontrarlo

Es el momento más que perfecto para descubrir uno de los palacios reales más sorprendentes que podemos encontrar en Suecia. Estamos hablando, cómo no, del Palacio de Drottningholm. Está situado en la localidad que lleva ese mismo nombre, en la isla de Lovön. Además, debemos tener en cuenta que se construyó a finales del siglo XVI.

Esta edificación toma su nombre durante el reinado de Juan III de Suecia, concretamente en el año 1580. El rey tomó la firme decisión de construir un impresionante palacio para Catalina Jagellón, su esposa. De hecho, precisamente Drottningholm significa algo así como “Islote de la Reina”.

Otro año a destacar es el 1661. Por aquel entonces, el Palacio pasó a las manos de la reina Eduviges Leonor. Fue entonces cuando en diciembre de ese mismo año, sucedió uno de los hechos más trágicos de la historia de esta edificación. Hablamos del impresionante incendio.

La Reina, completamente devastada, decidió encargar la reconstrucción a uno de los arquitectos más reconocidos de la época. Nos referimos a Nicodemus Tessin el Viejo. A pesar de los esfuerzos, no pudo evitar concluir esta obra por lo que, de esto, se encargó su hijo.

Eduviges Leonor es una de las reinas más conocidas de la historia de la realeza sueca. En aquella época, tuvo que asumir la regencia del reino como consecuencia de que su hijo Carlos XI era aún menor de edad. Por lo tanto, tomó la decisión de erigir un edificio que estuviera acorde a lo que Suecia había adquirido tras la histórica Paz de Westfalia.

Años más tarde, concretamente en 1744, este Palacio de Drottningholm pasó a manos de la princesa Luisa Ulrica, como uno de los regalos de boda más impresionantes que se recuerdan. Durante esta etapa, se remodeló el interior del palacio en el que predominó el histórico rococó francés.

Tiempo después, en 1762, hubo otro incendio. En esta ocasión, quedó arrasado el teatro del Palacio de Drottningholm. Por ese mismo motivo, Luisa Ulrica quiso construir uno nuevo. Dejaba atrás el modesto (e incendiado) teatro para dar paso a uno realmente impresionante. En la actualidad, se conserva en perfecto estado por lo que supone una auténtica joya en cuanto a estilo barroco se refiere.

Aprovechando esta restauración, se tomaron varias decisiones más. Entre ellas, la construcción de una biblioteca y una galería de retratos. Uno de los años más importantes de la historia de esta edificación llegó en 1777, instante en el que la Reina quiso vender el Palacio de Drottningholm al Estado.

Durante muchísimos años, esta construcción experimentó un considerable deterioro debido a que estaba prácticamente abandonado. Es entonces cuando, entre los años 1907 y 1911, se realizó una importantísima restauración. Por si fuera poco, en 1977 se llevó a cabo otra restauración, esta vez de carácter artística, cuyas obras finalizaron en 2002.

Es importante tener en cuenta que, desde el año 1981, el Palacio de Drottningholm es una de las residencias de la Familia Real de Suecia, pero también es considerado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1991. Una visita más que obligada si decides conocer esta zona. ¡No te dejará indiferente!

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