RUMANÍA
Monasterio Stavropoleos de Bucarest: la curiosa historia que esconde su nombre
Viajamos hasta la capital de Rumanía para conocer el origen y la sorprendente historia que hay detrás del Monasterio Stavropoleos.

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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Bucarest, una de las capitales europeas más sorprendentes y con más encanto. Allí encontramos un gran número de construcciones y monumentos verdaderamente espectaculares, como es el caso del Monasterio Stavropoleos. Su iglesia fue construida siguiendo el estilo brancovenesc y los patrones de la iglesia son los arcángeles Miguel y Gabriel.
El nombre de Stavropoleos es la versión rumana de una palabra griega como es “Stauropolis”, que significa “Ciudad de la cruz”. Uno de los detalles que más llama la atención de esta construcción es la gran importancia que tiene la música bizantina, a través de su colección de libros de este tipo de música, así como su coro.
Monasterio Stavropoleos, a través de su historia
La iglesia se construyó en el año 1724, coincidiendo con el reinado de Nicolae Mavrocordat, príncipe de Valaquia entre los años 1719 y 1730. Cabe destacar que dentro del recinto de su posada, el abad Ioanichie construyó no solamente una iglesia sino también un monasterio, sostenido únicamente con los ingresos de la posada.
En 1726, el abad fue elegido metropolitano de Stavropole. Desde ese mismo momento, el Monasterio recibe ese curioso nombre. A principios de 1742, Ioanichie murió con 61 años y fue enterrado en su iglesia. No podemos dejar de mencionar que tanto la posada como los anexos del monasterio fueron demolidos a finales del siglo XIX.

Durante un tiempo, la iglesia sufrió una serie de terremotos que provocaron que se cayera la cúpula. Eso sí, a principios del siglo XX, las pinturas de la cúpula fueron restauradas. Del Monasterio original, lo que queda es la iglesia junto con un edificio de principios del siglo XX, que alberga una sala de conferencias, una biblioteca y una colección de iconos y objetos eclesiásticos antiguos que datan de principios del siglo XVIII. Lejos de que todo quede ahí, podemos encontrar diversas pinturas murales recuperadas de iglesias demolidas durante el régimen comunista.
El nuevo edificio se construyó siguiendo al pie de la letra el proyecto del arquitecto Ion Mincu. No podemos dejar de mencionar que la iglesia ha sido pastoreada desde 1991 por el padre Iustin Marchis, el primer hieromonje de la iglesia en el último siglo. La comunidad que vive en este lugar se dedica a la renovación de libros antiguos, ropas sacerdotales e iconos, entre otras cuestiones. El coro de la iglesia canta música bizantina algo que, en la actualidad, es bastante extraño entre las iglesias que podemos encontrar en Rumanía.
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