REPÚBLICA DOMINICANA
Maravillas del arte rupestre en las Antillas
El pasado más remoto que podemos encontrar en la República Dominicana está en una cueva. Pero no en cualquier, sino en la Cueva de las Maravillas, a 70 km. de la capital y con 240 metros que se recorren a 25 m. de profundidad.
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Cuando uno piensa en la República Dominicana, inmediatamente imagina playas paradisíacas de arena blanca, palmeras, aguas de color azul turquesa, cascadas y vacaciones de lujo. Pero tiene mucho más, autenticas maravillas naturales, poco conocidas y que merecen una visita.
Localizada en el paraje Boca de Soco de la provincia de San Pedro de Macorís, la Cueva de las Maravillas es uno de los mayores atractivos turísticos naturales del país. A tan solo 70 kilómetros de la capital del país, Santo Domingo, entre las provincias de San Pedro de Macorís y la Romana, es un auténtico paraíso y un museo natural de arte rupestre taíno precolombino que nos traslada al origen de lo que fue, en el pasado la Isla Española. El pasado más remoto que podemos encontrar en la República Dominicana.
Conocida desde 1949 como la Cueva de las Maravillas, se encuentra a unos 25 metros de profundidad y de sus 800 metros, se pueden recorrer unos 240 en visitas y excursiones guiadas.
Las impresionantes formaciones geológicas son el marco del primer museo natural de arte rupestre de las Antillas. Porque además de la espectacularidad de sus estalactitas y estalagmitas, lo más fascinante de esta cueva, son los 500 grabados y pinturas que decoran sus paredes en tonos rojos y negros.
Dibujos con aspecto humano, animal o combinados de ambos, figuras geométricas como líneas, ángulos o círculos, y figuras como lechuzas, murciélagos, iguanas y culebras, realizados sobre coladas, columnas o estalactitas. Se estima que datan de hace unos 800 a 500 años y que muestran lo que fue la cultura Taína. Arte de los antiguos habitantes de la isla, hasta la llegada de los españoles. Y además en la cueva se han encontrado vestigios arqueológicos y osamentas humanas que indican que el sitio tiene una antigüedad de 4.000 años.
Y el lugar fue un centro de actividades mágico-religiosas, ya que varios de sus grabados y pinturas están asociadas a rituales mortuorios. Y también se sabe que se utilizaban como refugio en caso de tormentas y temporales.
El recorrido se hace a través de senderos y por medio de pasajes y rampas especiales. El espejo de agua, el gran panel, la zona del castillo, el trono y la galería de sombra son algunos de los lugares más interesantes y algunas de las atracciones que encontrarás en este viaje. Las formaciones rocosas han adquirido con el tiempo caprichosas y curiosas formas que hacen de esta cueva un espacio natural realmente mágico.
En el fondo de la sala, y aislado, las imágenes son espectaculares, un mural de tres metros de largo y dos metros de altura muestra un ritual de muerte, una mesa de sacrificio y el dios supremo Yaya, una obra maestra del arte Taino que merece la pena conocer.
El recorrido dura unos 35 minutos y se realiza en grupos de un máximo de 20, de martes a domingo, en horario de 9h a 18h. La Cueva cuenta con un ascensor para permitir el acceso a todos, incluidos discapacitados, personas mayores y niños pequeños. El clima en el interior de la cueva es húmedo y caluroso por lo que es recomendable llevar ropa adecuada.
Para preservar la cueva y mantener intacto su patrimonio está prohibido hacer fotografías durante el recorrido, y es recomendable mantener voz baja. Sin duda, es la mejor manera de disfrutar de esta maravilla y del valioso legado de los taínos. La Fundación Patronato Cueva de las Maravillas es el ente que gestiona este sitio declarado Parque Nacional en 1997. Estamos frente al destino turístico más sorprendente de la República Dominicana.
Más información:
Cueva de las Maravillas
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