Ecoturismo
Madagascar, belleza en estado puro
Según The New York Times, Madagascar es uno de los 52 destinos que hay que visitar en este 2017. Y no es para menos.
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Principal destino para el ecoturismo, Madagascar no se ha visto transformada en el paraíso de lo verde de repente, sino que lleva siglos siendo una isla impresionante, con una riqueza en flora y fauna sin par en el planeta y con la biodiversidad no de un país ni de una zona, sino casi de un universo aparte.
Madagascar se originó a partir de la ruptura del supercontinente Gondwana. Hace 65 millones de años, Madagascar se separó del subcontinente indio y, distanciada y aislada, la isla dio lugar a una biodiversidad única en el mundo. Es más, hasta el siglo XVII, fue hogar del ave más pesada de la Tierra, el pájaro elefante.
Aún sin paquidermos voladores, Madagascar hoy en día cuenta con una de las faunas más especiales del mundo y animales endémicos e icónicos como los lémures, unos animales mitad ardilla, mitad gato, que son realmente parientes lejanos de los primates y aún más lejanos de nosotros, el homo sapiens. Cuando Madagascar se independizó geológicamente del resto de los continentes, ellos no estaban en la isla, así que se cree que llegaron después, hace unos 40 millones de años, sobre alguna superficie flotadora desde África. Además de ser un animal autóctono, sus al menos 35 especies también lo son, y van desde la versión más chiquitita, el microcebú, al más conocido Aye-Aye.
Además de estos simpáticos animales, otros como el geco diurno, la boa de Madagascar, diferentes clases de tortugas o cinco familias de aves son endémicos del lugar. Pero si por algo destaca la isla, además de por sus lémures, es por su sagrado árbol nacional, el baobab, en el que habita el espíritu del bosque y a cuya sombra se cobija el ciudadano que quiere charlar y discutir diferentes temas. Si bien en el caso de El Principito, su planeta tenía que deshacerse de los baobabs constantemente para que no conquistasen su pequeño territorio, en el nuestro, y en la situación en la que se encuentra la Tierra, el baobab es una especie en constante peligro: sus hojas escasean y tienen poca resistencia, sus flores duran cinco minutos y los pájaros que solían ayudar a fertilizarlo están a punto de extinguirse. La población de baobabs mengua a cada paso, aunque parezca que duran casi eternamente (entre 800 a 1.000 años). Para observarlos en todo su esplendor, el mejor lugar es la imponente Avenida de los Baobabs, que se encuentra entre Morondava y Belon’i Tsiribihina.
Otro de los especiales encantos de Madagascar es su bosque de piedra, la Reserva Natural Tsingy (una de las muchas reservas del país), formada por afilados pináculos calizos que parecen cortar como cuchillos y que han hecho que el lugar se gane su nombre a pulso, que significa “donde no se puede caminar descalzo”. Sólo los lémures se atreven a corretear por ahí. Otro icónico lugar de piedra caliza es Ankarana, una cordillera en la que todo es salvaje, desde el macizo hasta el alojamiento, pasando por la belleza única de un territorio extraordinario y constantemente dispuesto a sorprender.
Y si uno quiere zambullirse directamente en la naturaleza nada mejor que el Parque Nacional de Andasibe-Mantadia, un área protegida de 155 kilómetros en donde habitan muchas especies endémicas raras y en peligro de extinción, incluyendo 11 tipos de lémures. El Parque Nacional Mantadia y la Reserva Analamazoatra, más conocida por su población de indris, el lémur más grande de Madagascar, forman parte de Andasibe-Mantadia.
Desde el 28 marzo, Madagascar estará más cerca gracias a los vuelos de Ethiopian Airlines a su capital, Antananarivo, a partir de 570 euros. La aerolínea te da la bienvenida al país, lugar en el que existe un clima subtropical en sus costas y un clima continental en sus territorios más altos, hogar del árbol pulpo, de la cuarta parte de las especies florales de todo el continente, del 70% de las especies de camaleones del mundo y de más de 50 parques nacionales. En este país los arrozales se infiltran en las ciudades, es posible bañarse en espectaculares playas o bucear rodeado de mantas, rayas y barracudas, salir de ruta por la selva pluvial o conocer el macizo volcánico de la Montaña de Ambre. Es un lugar de bellas costas, bosques tropicales que se extienden hasta la playa o antiguas ciudades piratas, de nombre Libertalia. Disfruta.
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