Viajestic » Destinos

COLUMBIA BRITÁNICA

Kliluk, el lago extraterrestre de Canadá

Un particular fenómeno físico convierte a este lago en un área moteada de lunares de diferentes colores: amarillos, verdes, azules...

Publicidad

Osoyoos es una pequeña ciudad de la Columbia Británica que ejerce de paso fronterizo entre Canadá y Estados Unidos, a orillas del lago del mismo nombre y que es compartido entre ambos países. Como suele ocurrir en todas las ciudades de interior de Canadá, está rodeada de parques naturales y áreas protegidas por su especial fauna y flora. En este caso, por los bosques de South Okanagan Grasslands y el monte Kobau, así como el parque forestal de Snowy.

Paradójicamente, es también el lugar en el que se encuentra el único desierto de una región que, sobre todo, se dedica al cultivo de la vid. Un rincón a 3 kilómetros de la ciudad que coincide, además, con una reserva india, cuyos primeros habitantes poblaron el valle del Okanagan hace siglos (a la tribu de los Okanagan se les considera uno de los primeros pueblos en colonizar las tierras de la actual Columbia Británica).

Allí se encuentra una de las maravillas naturales más enigmáticas del planeta. Se trata del lago Kliluk, para muchos, un rincón extraterrestre por ser un fascinante lago moteado. Así, mirar sus aguas es como hacerlo a un conjunto de lunares, que además cambian de color según la época del año.

Conocido como ‘lago manchado’, este paraje insólito de 15 hectáreas vive, al igual que ocurre en muchos desiertos, una evaporización de sus aguas al llegar el verano y sus altas temperaturas, así como ausencia de lluvias. Esto hace que los minerales del líquido se cristalicen formando pequeños pozos de borde blanco y cuyo interior adopta el color del componente mayoritario. Son ricos en silfato de magnesio, calcio, sulfato de sodio, plata, titanio... de ahí que algunos sean amarillos, otros plateados, otros celestes... y así.

Las antiguas leyendas de las comunidades indias que poblaban la zona aseguraban que el barro de este lago posee propiedades curativas. Así, los nativos del valle de Okanagan acudían allí para curar sus dolores y enfermedades. Además, era tal la devoción por el lugar y su creencia en sus propiedades sanitarias que, durante una batalla entre tribus rivales, se estableció una tregua para que ambos bandos pudiesen atender y curar a sus heridos en el lago moteado.

La riqueza mineral del lago fue objeto de una importante industria minera de extracción de elementos durante la Primera Guerra Mundial. El Imperio Británico desplazó hasta aquí a comunidades chinas para que extrayeran de las pozas hasta una tonelada diaria de minerales, que luego serían utilizados en la industria armamentística de Yield.

No es de extrañar si se tiene en cuenta que está considerado el lago más mineralizado del planeta y que se pueden llegar a contar hasta 365 pozas en sus aguas cuando se deseca. En los momentos más álgidos del verano, de hecho, está completamente seco, un paisaje que cambia con el invierno, cuando un manto de nieve lo cubre por completo (incluso entonces, es fácil ver alguna mancha que delata las pozas debajo).

Caminar por el lago es posible, siguiendo los bordes blanquecinos, pero está completamente prohibido, ya que se quiere preservar de cualquier acción humana (desde hace algo más de una década, el área pertenece a la comunidad india, que evitó la construcción aquí de un balneario). Además, es una zona de osos, por lo que es mejor ir siempre con mucha precaución y, a ser posible, con guías locales.

Al no estar a demasiada distancia de Vancouver y Seattle, una visita al lago Kliluk se puede convertir en una perfecta excursión por los bosques, montañas y desierto del sur de Canadá. Un recorrido de alrededor de 4 horas y media que llenará los pulmones de aire puro.


Más información
Turismo de Osoyoos
Turismo de Canadá


Publicidad