MADEIRA
Historia de la Catedral de Funchal y de la gran joya que esconde
Viajamos a la isla de Madeira, en Portugal, para conocer el origen y qué esconde la Catedral situada en la ciudad de Funchal.

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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Portugal, uno de los países con más encanto que podemos encontrar en Europa. Y siendo honestos, no es para menos. Nos desplazamos más concretamente hasta la isla de Madeira, donde nos topamos con un gran número de monumentos y edificaciones verdaderamente impresionantes y espectaculares.
Un ejemplo es, precisamente, la Catedral de Funchal. Conocida en portugués como “Sé do Funchal”, se trata de uno de los pocos edificios que han sobrevivido desde la época de la colonización portuguesa. Como no podía ser de otra manera, por su imponente tamaño y su importancia histórica, se trata de la catedral de la diócesis que lleva su nombre.
La Catedral de Funchal, a través de su historia
Para conocer su origen, debemos viajar hasta la década de los 90 del siglo XV. Por aquel entonces, el Rey Manuel I de Portugal se puso en contacto con el arquitecto Pêro Anes para que comenzase a trabajar en el diseño de la catedral de Funchal. Las obras se dieron por terminadas en 1514.
A pesar de todo, hay que mencionar que, en 1508, cuando Funchal fue elevado a categoría de ciudad, ya se celebraban misas en ese templo aunque las obras no hubiesen concluido. Por si fuera poco, el remate tanto de la torre como de diversos detalles más se vieron finalizados aproximadamente entre los años 1517 y 1518.
No podemos dejar de mencionar que, de esta Catedral de Funchal, llaman poderosamente la atención diversos elementos, como son los asientos del ábside. En ellos, se exhiben santos, apóstoles y profetas en trajes propios del siglo XVI. Precisamente gracias a estos espectaculares detalles a nivel decorativos que vemos en los asientos y apoyos para los brazos, nos permiten hacernos una idea de cómo eran diversos aspectos del día a día de Madeira.

Un claro ejemplo lo encontramos, precisamente, en un peculiar querubín que aparentemente está transportando nada más y nada menos que un manojo de plátanos. Pero no todo queda ahí, puesto que otro hace lo propio pero con un odre repleto de vino. ¡Algo verdaderamente curioso, a la par que sorprendente!
En cuanto a la iglesia como tal, cabe destacar que cuenta con una cruz procesional verdaderamente excepcional, que fue ofrecida por el Rey Manuel I de Portugal. Esta alfaya de culto está elaborada en plata y es considerada como una de las grandes obras maestras en cuanto a orfebrería manuelina portuguesa se refiere.
Así pues, si estás pensando en poner rumbo a la isla de Madeira, no dejes pasar la oportunidad de acercarte hasta la ciudad de Funchal para dejarte llevar por el encanto y la espectacularidad de su Catedral. No solamente te fascinará por su belleza arquitectónica, sino también por su gran importancia a nivel cultural e histórico. ¡Estamos verdaderamente convencidos de que no te dejará indiferente, ni mucho menos!
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