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TRANQUILIDAD EN EL SUR DE RUSIA

Gelendzhik, el balneario del mar Negro

Con una bahía en forma de concha, esta ciudad rusa es un paraíso del turismo de balneario, pero también de los que buscan paisajes diferentes, playas únicas y mucho senderismo junto a las aguas del mar Negro. Perderse por sus bosques de coníferas es toda una delicia.

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Visitar Gelendzhik es toda una aventura para los amantes de la historia. En esta ciudad rusa al borde del mar Negro, en una bella bahía en forma de concha que protege su ribera, ya había pobladores en el tercer milenio antes de Cristo, como demuestran los dólmenes que se pueden aún ver en pie en los alrededores. Sería el punto de partida para una localización que los griegos convirtieron en Torik, una colonia comercial en el siglo IV a.C.; y que los bizantinos rebautizarían como Pagra, primero, y Yeptala, después.

Rusa desde el Tratado de Adrianópolis de 1829, comenzó entonces una leyenda de fuerte militar que apenas duró hasta el cambio de siglo. En 1900 abre el primer sanatorio privado y no faltó mucho para que se declarara oficialmente a la ciudad como zona balnearia, especialmente para sanar a niños enfermos de tuberculosis ósea, edificios e instalaciones de aguas que, ya en la Unión Soviética, fueron ampliados creando grandes complejos.

Hoy, además de turismo de balneario, Gelendzhik ofrece la oportunidad de descubrir la naturaleza de este rincón de Rusia. Es por ello que se ha creado un telesilla que permite llegar desde la ciudad a las cimas de la cordillera de Markotj, que rodean el municipio; o poder navegar en las aguas de la bahía, bien en los barcos de la Escuela de Vela o en los de los pescadores. También son frecuentes los grupos de excursionistas que buscan hacer rutas de senderismo por los bosques de pinos que rodean la ciudad.

En cuanto a cultura, resulta interesante ver las doradas cúpulas de las iglesias ortodoxas, la mayoría levantadas en los años previos a la Revolución de Octubre, como la de la Divina Ascensión o la de San Miguel.

Los mejores hoteles de la ciudad explotan la faceta de balneario. Desde cadenas internacionales como Kempinski, que cuenta aquí con el Grand Hotel Gelendzhik, a otras más locales como la que gestiona el Primorie Spa & Wellness, todos ofrecen a sus huéspedes grandes piscinas, excursiones en el mar y pequeños spas donde relajarse y dejarse cuidar con tratamientos cosméticos, así como de aguas.

Además de por su oferta como turismo de relax y familiar, la ciudad de Gelendzhik es famosa por ser el punto de partida de quienes quieren descubrir las playas rusas del mar Negro y, de entre todas, la que alberga la 'Roca de la vela'. Esta se encuentra a unos 17 kilómetros y es famosa por un monolito de arenisca natural que, con forma de vela y muy estrecho, preside la playa y la corta en dos.

Tiene una altura de 20 metros y un ancho que roza esta misma medida, por lo que tiene una ligera forma cuadrada. Llama la atención una pequeña abertura en la esquina inferior izquierda, como si fuera una puerta, y que permite admirar mejor que esté levantada sin llegar al metro de espesor, perpendicular a la línea de costa.

Declarado Monumento Natural por el Gobierno de la Unión Soviética en 1971, está protegido desde entonces para evitar cualquier daño, lo que no impide que se pueda uno bañar a su alrededor o trepar por ella. De hecho, se ha comprobado que ni las balas de cañón de antiguas guerras pudieron con ella.

Dos fechas son las mejores para visitar Gelendzhik: durante el Carnaval, que se celebra por todo lo alto, especialmente por los estudiantes, que celebran desfiles y fiestas durante todo el día y la noche; y en agosto. Ese mes la ciudad acoge una exhibición de hidroaviones única en el mundo.

Naturaleza, aguas, relajación y maravillas sobre la playa; todo eso y más, en un rincón secreto del mar Negro.

Más información:
Turismo de Rusia

 

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