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Asia

Una fortaleza india reconvertida en hotel

El Neemrana Fort Palace se construyó sobre las ruinas de una construcción de 1464

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Todas aquellas construcciones que cuentan con siglos de historia, son por sí mismas especiales. El paso del tiempo no deja indiferente a nada ni a nadie y mucho menos deja intactos ciertos materiales. Pero lo cierto es que en ocasiones resulta más dañina la acción del hombre, quien destruye, reforma o reconvierte los lugares según sus necesidades. Pero hay excepciones, como ocurre con todo. Es el caso del Neemrana Fort Palace, un hotel muy especial que se encuentra sobre el mismo terreno –de hecho, la estructura es muy similar y mantiene parte de la construcción- que una fortaleza que comenzó a ser construida en el año 1464. Cuando los descendientes de Prithviraj Chauhan III, un rey de la dinastía hindú Chauhan, que gobernó el reino de Ajmer y Delhi, huyeron de Delhi tras ser derrotados en la batalla de Muhammad Ghori, se fueron a este lugar. Tras llegar allí empezaron a construir esta fortaleza, lujosa e imponente, en medio de la montaña. Esta es la historia a través de la cual el Neemrana Fort Palace pasó de lujo a ruinas y posteriormente de ruinas a lujo otra vez. Es una auténtica joya arquitectónica y en 1986 las ruinas fueron adquiridas para ser reconstruidas y devolverle a la construcción parte de su belleza y valor histórico. El hotel abrió sus puertas en el año 1991 y en la actualidad cuenta con 63 habitaciones en las que se pueden alojar aquellos viajeros que quieran conocer la historia del lugar y sentir una gran emoción al dormir entre estas paredes de piedra que han visto acontecer tantas batallas. Habitaciones normales o suites, jardines en forma de terraplén desde los que se tienen unas vistas que quitan el habla. El hotel cuenta con piscina al aire libre desde un lugar privilegiado y, a su lado, en el interior del edificio, con un spa en el que se pueden recibir casi todo tipo de tratamientos de salud y belleza. En el Neemrana Fort Palace uno pierde la noción del tiempo al observar las vistas panorámicas, verdes e infinitas. Las habitaciones cuentan con un escritorio, armario y aire acondicionado, entre otras comodidades. Y los clientes están bien comunicados ya que el hotel se encuentra a 40 kilómetros de la estación de trenes de Rewari y a 109 kilómetros del aeropuerto internacional de Indira Gandhi. Se pueden alquilar salas para ofrecer conferencias o realizar reuniones en su anfiteatro. Y la oferta gastronómica se concentra en sus tres locales de restauración. En primer lugar, el Hawa Mahal, en el que se pueden degustar muchas variedades de aperitivos y platos pequeños típicos indios. El Jalgiri es un restaurante con una amplia selección de platos indios, continentales y también podrás encontrar propuestas chinas, italianas e incluso tailandesas. Y, por último, el bar Silehkhana, el lugar perfecto para beber algo y refrescarse.

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