LA CASA DE ERNEST HEMINGWAY
Finca Vigía, el legado de un gran escritor americano en Cuba
La Finca-Museo Vigía fue el refugio en el que Hemingway escribió parte de su obra. Hoy se ha convertido en una de las visitas imprescindibles de quienes llegan a La Habana y quieren hacer turismo literario.
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Ernest Hemingway, ganador del premio Pulitzer y del Premio Nobel de Literatura, no quiso estudiar en la universidad y se dedicó al periodismo. Pasó gran parte de su vida viajando por Europa, y viviendo en Paris y en España, escribiendo y trabajando como corresponsal de guerra, hasta que le llegó el éxito literario. Una vida intensa hasta que se afincó en Cuba, donde vivió durante más de veinte años. En una bonita casa de campo, en San Francisco de Paula, a las afueras de la Ciudad de la Habana, disfrutó de su familia y su trabajo, cerca del mar, con un bote de pesca y todos sus libros.
La Finca-Museo Vigía fue su casa desde 1940 y hasta una fecha cercana a su muerte en 1961, y hoy es uno de esos sitios de La Habana que hay que visitar. La casa, construida en 1887 por el arquitecto catalán Miguel Pascual y Baguer, está ubicada en el terreno que había ocupado con anterioridad un cuartel de vigilancia del Ejército español.
Finca Vigía sobresale rodeada de una exuberante vegetación, a unos quince kilómetros del centro de la Ciudad de la Habana, y hoy es un museo, además de la primera institución creada en el mundo para divulgar la vida y la obra del Premio Nobel de Literatura. Sin duda, recorrer la Finca, es como volver a la época de Hemingway. En ella escribió la novela ganadora del premio Pulitzer 'El viejo y el mar', que narra la historia de un pescador cubano, y escribió también gran parte de su obra 'Por quién doblan las campanas', además de 'A través del río y entre los árboles', 'París era una fiesta' o 'Islas en el Golfo'.
Su presencia y su personalidad pueden sentirse en esta casa, una hermosa casa colonial que el escritor comenzó alquilando pero terminó comprando un año más, enamorado de la calidad de vida y el clima de la isla.
La visita al museo se realiza desde el exterior, a través de las ventanas, pues no se puede acceder a la casa, pero podemos contemplar el interior de las habitaciones con toda comodidad pues todo se ha conservado tal y cómo estaba. Puedes ver su máquina de escribir en el dormitorio, la biblioteca con su escritorio, el cuarto de baño, sus trofeos, carteles y viejas fotos por todas partes.
Cuando Ernest Hemingway se marchó de Cuba con destino a España el 25 de julio de 1960, creía que iba a volver. Pero no fue así, ya que el 2 de julio de 1961 se disparó un tiro en la cabeza con su escopeta de caza. En la isla del Caribe dejó atrás su barco, su coche y su casa. Pocas semanas después de su muerte, su viuda, Mary Welsh, cumpliendo el último deseo de su marido, traspasó al Gobierno cubano Finca Vigía y los objetos personales del escritor.
Con casi cuatro hectáreas de extensión, con su vegetación y su fauna tropical, es una pequeña reserva ecológica. Toda la casa se encuentra rodeada de terrazas que comunican las distintas estancias con los demás lugares de la finca. La sala principal, la biblioteca, el comedor, el cuarto de huéspedes, la habitación de Mary Welsh, el cuarto de trabajo de Hemingway, el baño y la cocina, conservadas y restauradas con mimo, además del bungaló, la torre, la piscina y el yate Pilar. Todo para descubrir cómo era la vida del famoso escritor en Cuba.
La finca se puede visitar todos los días excepto los martes y los días lluviosos, de 9 a 17 h; y los domingos de 9 a 12.30 h.
Su legado ha servido para fomentar la cooperación entre Estados Unidos y Cuba en un proyecto de digitalización de los archivos del escritor, más de 10.000 documentos, entre los que se pueden encontrar auténticos tesoros literarios.
Más información:
Fundación Finca Vigía
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