VIAJES DE OTOÑO
Fez, una escapada a la medina más impresionante de Marruecos
Es una de las ciudades más hermosas del país y la capital religiosa marroquí. Conserva la forma de vivir más tradicional, que conforma la esencia del país vecino, al tiempo que la conjuga con la modernidad y la cultura. Este otoño, nada como descubrir Fez.
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Fez es una de las cuatro Ciudades Imperiales de Marruecos, junto a Marrakech, Mequinez y Rabat. Eso sí, de todas, es la más antigua, ya que se remonta a principios del siglo VIII. Famosa por su antigua ciudad amurallada, que muchos comparan con la ciudad amurallada de Jerusalén, es conocida como la ciudad azul, porque el azul cobalto es el color característico de muchos de sus edificios y de su alfarería típica. En esta ciudad se producen alguna de las piezas más hermosas de cerámica del país.
Fez en realidad son tres ciudades que se encuentran a orillas de los ríos Fez y Zitu: Fez el Bali, Fed el Jedid y La Ville Nouvelle. Las repasamos para que sepas qué no te puedes perder en cada una de ellas.
1. Fez el Bali. Es la ciudad morisca, una gran medina, la mejor conservada del mundo árabe y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es extensa y laberíntica, y la zona urbana más grande del mundo sin tráfico de coches: las mercancías se transportan en burro, carruajes y motos. Es un gigantesco entramado de callejuelas en las que hasta los más experimentados habitantes pueden perderse, por ello es aconsejable contratar un guía oficial si uno piensa callejear por sus calles y así enterarse también de sus secretos (contratar un guía tiene un coste de unos 250 dirham). Es uno de los mayores emplazamientos medievales del mundo y un lugar lleno de magia. Es imprescindible contemplar alguno de sus monumentos entre los que destacan la Mezquita de Karauoiuine y la de los Andaluces.
La Mezquita Karauouine es la segunda en tamaño de Marruecos -después de la de Casablanca- y el lugar más sagrado de Fez (por ello no puede ser visitado su interior). Su minarete data del año 956 y es el monumento islámico más antiguo de Fez. Se encuentra escondida en el interior de la medina, encajonada entre tiendas y casas, y su gran tamaño permite que en él puedan orar más de 20.000 fieles a la vez. También es interesante contemplar las madrasas (escuelas) como la de Chahrij Bouinania, que fue construida en el año 1300 y tiene un delicioso reloj de pared con carillón.
2. Fed el Jedid. Fue creada en el siglo XII por los merinies -miembros de un imperio de origen bereber- y se convirtió en la sede del poder real. En esta parte de la ciudad se ubica el Barrio Judío (Mellah) y el Palacio Real y está llena de animados zocos y tiendas de artesanía. El primer mellah se estableció en la ciudad en 1438, cuando los judíos fueron trasladados desde la parte antigua de la ciudad. Es la judería más antigua de Marruecos y en él se pueden ver la sinagoga IBN Dayan, del siglo XVII, y el cementerio judío, desde el que se tienen unas estupendas vistas de la ciudad.
El Palacio Real, del que sólo se puede ver su exterior, se encuentra situado en la Place des Alaouites, y en él destacan sus majestuosas puertas doradas y la madrasa, los jardines y la plaza de armas. También merece una visita el jardín Jnan Sbil, un lugar tranquilo que destaca por su variedad de especies y por la infraestructura hidráulica que posee.
3. La Ville Nouvelle. Fue fundada por los franceses en 1920, por lo que tiene un estilo arquitectónico europeo. Aquí se sitúan los servicios administrativos y los hoteles occidentales. Formada por amplias avenidas, aquí se encuentran las tiendas más modernas y también la mayor densidad de tráfico. Aunque arquitectónicamente no es tan interesante, sí que podemos aprovechar para conocer sus bares y modernas terrazas y tomarnos un buen té.
Fez es una ciudad sacada de un cuento de Las mil y una noches, imprescindible contemplarla desde alguna de las terrazas de restaurantes u hoteles, y sobre todo si es nocturna será un espectáculo inolvidable. También tenemos que pasear por las callejuelas de la medina, teniendo especial cuidado: si oímos las palabras "Belek, Belek", apartémonos rápidamente, pues estamos a punto de ser arrollados por un burro de los que transportan carga.
No podemos olvidarnos de realizar varias visitas: la farmacia bereber de la medina, los barrios de la curtiduría -donde se siguen utilizando técnicas que datan de la Edad media- y la terraza del Sofitel Palais Jamai, en el que podemos tomarnos un té de menta divisando las increíbles vistas sobre la medina. Y si la la hacemos a principios de verano, podemos disfrutar además del Festival de Músicas Sacras del Mundo, donde artistas nacionales e internacionales se dan cita en un espectáculo único: música ritual bereber, cantos sufíes, Derviches de Konya o monjes tibetanos; un evento muy espiritual que seguro nos dejará impresionados.
Fez son tres ciudades en una, tres estilos arquitectónicos diferentes, tres épocas de la historia que conviven en la medina más hermosa del mundo.
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