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En el corazón de Rajastán

Fatehpur Sikri, la ciudad que no pudo ser

Este conjunto palaciego cerca de Agra fue deshabitado a toda prisa hace más de cuatro siglos. Hoy se nos presenta como una obra magna que perdura en el tiempo, como una belleza muda que nos mira desde sus impresionantes edificios de piedra rojiza.

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Fue allá por el siglo XVI cuando uno de sus legendarios gobernantes, el poderoso emperador mogol Akbar 'el Grande', quiso huir del frenesí de Agra y desplazar la capital de la corte a una nueva ubicación. Ante todo quería una nueva ciudad que reflejase el poder de su creciente imperio y que ha pasado a la posteridad como un lujoso capricho.

No cabe duda que Fatehpur Sikri, la llamada 'Ciudad de la victoria', ya llevaba en su nombre implícita su maldición. Una maldición que convirtió este colosal recinto en una ciudad fantasma debido a la escasez de agua.

Se consultó a astrólogos y eruditos su ubicación y el momento ideal para comenzar a edificarla. A pesar de tanta señal astral que mostraba su emplazamiento, el pequeño detalle del abastecimiento de agua debió de pasar desapercibido. Debido a los grandes periodos de sequía que sufre la zona, el resultado fue un entorno árido que hizo que solamente estuviera habitada catorce años, únicamente durante el periodo de su construcción entre 1571 y 1585.

ES un detalle que no pasa desapercibido cuando se visita este conjunto monumental ya que el calor puede ser agobiante y se agradece notablemente cualquier mínima sombra que proyecten sus edificios.

La Bulland Darwza o entrada, con su espectacular pórtico y la escalinata de acceso, nos da pistas de la belleza que vamos a encontrarnos. Un complejo palaciego que nos permite conocer como eran en la época las ciudades amuralladas, en las que se superponían las zonas públicas junto a las privadas.

Ideada a partir de un diseño innovador. Dejaba de lado la tradición hindú de alinear la ciudad con los puntos cardinales y se organizaba como un campamento mogol, quizá, queriendo rememorar sus orígenes o como homenaje a sus antepasados que poblaron las estepas de Asia.

Un soberano apasionado de los debates filosóficos, tolerante con las creencias religiosas, que impuso en su edificación que se respetasen las raíces artísticas hindúes y musulmanas. Una corte que destacaba por sus intelectuales y extranjeros tenía que concebir un espacio abierto que destacase por sus patios y amplias estancias capaces de acoger desde grandes eventos hasta interesantes conversaciones en su nutrida biblioteca.

Construcciones de arenisca roja en los que destacan los motivos arquitectónicos utilizados en su decoración: zócalos que recubren las paredes tan delicadamente tallados que parece una obra de marquetería, columnas, ménsulas, cúpulas…

Decenas de pabellones unidos entre sí como el Panch Mahal, el de las Mujeres, con su forma de pirámide escalonada, Salas de Audiencias públicas o privadas destinadas al uso del emperador dan fe de la belleza del Palacio Real, construido en la parte más alta del terreno. A su alrededor, la casa de la Moneda, el caravasar y la Mezquita Jami Mashid, orientada hacia La Meca siguiendo la tradición musulmana.

En el patio de la mezquita, una de las más grandes de India,  se levantó el mausoleo con los restos del santo sufi Sheikh Salim Chishti, único edificio de todo el recinto construido en mármol blanco y que se convertiría además en centro de peregrinación de las mujeres que no tienen hijos.

Un complejo urbano, Patrimonio de la Humanidad, que sufrió posteriores saqueos tras su abandono aunque con el paso de los siglos sigue manteniéndose como una fascinante belleza muda que nos trasmite su magnetismo al observarla desde lo alto de las murallas de la ciudad durante la puesta de sol.

Más información:
Maps of India
Turismo de Agra

 

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