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Europa

Faralda Crane, un hotel de altura

Una grúa de los antiguos astilleros de Amsterdam reconvertida en alojamiento de lujo

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De entrada, la primera palabra que nos viene a la mente es "sorprendente". Muy sorprendente, incluso extravagante. ¿Un hotel en una grúa? ¿Un producto de la ingeniería industrial convertido en hotel? Pues sí. En el área norte de Amsterdam, en el astillero NDSM, una antigua grúa portuaria  ha sido reconvertida en hotel de lujo. Un hotel de altura a 50 metros del suelo que sigue girando con el viento. Claro que en esta ciudad en continua transformación todo es posible, de igual modo que puedes encontrar casas flotantes o iglesias trasformadas en cervecerías porque no un hotel en un muelle con vistas sobre el río Ij. Durante décadas la grúa 13 fue una referencia en las instalaciones industriales de los astilleros pero con el cierre de los muelles en 1984 cayó en el abandono y la oxidación campo a sus anchas. Desmontada pieza a pieza paso de ser grúa oxidada a transformase en un exclusivo hotel de diseño. La zona también inicio su recuperación. De lugar de encuentro de ocupas ilegales pasó a espacio codiciado por artistas en busca de espaciosos estudios a buen precio o sede de creativas industrias. Un área en la que predomina la estética industrial del metal y el hormigón. Con unas vistas envidiables sobre Amsterdam, el Faralda sólo tiene tres suites en las antiguas salas de máquinas, eso sí, de lujo. Cada una decorada con diseños diferentes en las que priman la comodidad. La primera a 35 metros de altura, Free Spirit Suite, seguida por Secret Suite a 40 metros y la más elevada Mystique Suite a 45. Como colofón un jacuzzi corona su azotea. A todas se accede a través de dos ascensores panorámicos. En su base se encuentra el área de restauración junto con un estudio de televisión que se utiliza para la realización de programas, entrevistas, presentaciones de los medios o como sala de eventos y conferencias. Los más inquietos pueden optar, además, de una sesión de puenting siempre que se haga con reserva previa. Un proyecto audaz. Un espacio en el que antaño reinaba el sonido de los martillos y la maquinaria, un área dominada por rudos trabajadores y que ha mutado en un renovado barrio signo de la innovación y el glamour.

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