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10 experiencias que hay que vivir al menos una vez en Latinoamérica
América Latina ofrece un sinfín de actividades y cosas interesantes que hacer en cada uno de los países y rincones de los que se compone. Sin embargo, hay algunas visitas que, directamente, se encuentran entre las más impresionantes del continente. Estas son las 10 que hay que vivir al menos una vez.
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Experimentar al máximo y vivir cada viaje aprovechando hasta el último minuto es uno de los consejos que dan los más entendidos en aventuras y viajes por todo el planeta. En América Latina, con tantos países y tan diferentes, con miles de kilómetros de naturaleza virgen, grandes ciudades e historias milenarias, no faltan razones para llevarlo en práctica. Claro que, si hay que empezar por algún lado, mucho mejor por estas 10 experiencias que para los expertos de Skyscanner son las completamente imprescindibles en esa zona del planeta. ¿Cuántas has hecho?
1. Amanecer en Machu Picchu (Perú). La ciudadela inca es una de las grandes maravillas del mundo, pero dicen que el momento más impresionante es cuando empiezan a asomar los primeros rayos del sol, al ser posible uno de esos días en los que amanece con bruma, que son la mayoría.
2. Presenciar la caída impresionante del agua en las Cataratas de Iguazú, en la frontera natural entre Argentina y Brasil. Juntas suman un total de 275 caídas de agua, por lo que el estruendo y la belleza son inigualables. Consideradas como una de las 7 maravillas naturales del mundo, se originaron hace unos 200.000 años.
3. Presenciar la caída del Glaciar Perito Moreno en Argentina. El frente del glaciar sobrepasa los 60 metros, de donde caen continuamente trozos de diversos tamaños. Si ya impresiona verlo en su estado normal, cuando incluso se puede caminar sobre él, el día de la ruptura es, sin duda, todo un milagro.
4. Sentir la energía telúrica en Isla de Pascua (Chile). En medio del Pacífico, es uno de los principales destinos turísticos de Chile gracias sus misteriosas esculturas moais. Además, dicen que poner las manos sobre ellas recarga el espíritu de energía, así como ayuda a los chacras a equilibrarse.
5. Un paseo en bote por el lago Atitlán, en Guatemala. Está considerado uno de los lagos más bellos del mundo y está rodeado de volcanes y pequeños y pintorescos pueblos. El mejor modo de recorrerlo es en barco, yendo de pueblito en pueblito, charlando con su gente.
6. Navegar el Amazonas. Disfrutar del sonido de la selva en uno de los ríos más majestuosos y largos del mundo es una experiencia única. También pasar la noche en sus aguas, viendo el cielo estrellado, es una delicia. Toda una maravilla natural que hay que preservar, por ser el pulmón del planeta.
7. Un día de playa en Cayos Cochinos (Honduras). Este archipiélago compuesto por dos islas pequeñas (Cayo Mayor y Cayo Menor) y 13 islotes es un paraíso. Imposible no enamorarse de sus aguas transparentes, de su arena fina, de sus palmeras... todo allí es como en una postal.
8. Presenciar el imponente Salto del Ángel en Venezuela. Esta enorme catarata es la más alta del mundo y se encuentra en el Parque Nacional de Canaima. Tiene una altura de 979 metros y su acceso es muy complicado. En tierra o en avioneta, verla en directo no se olvida (y si no puedes ir, aquí la tienes desde un dron).
9. Mirar al horizonte en la inmensidad del Salar de Uyuni (Bolivia). Se encuentra a unos 3.650 metros sobre el nivel del mar a suroeste de Bolivia, en el departamento de Potosí. Es el mayor desierto de sal continuo del mundo, con una superficie de 10.582 km2 y tiene hasta hoteles de sal.
10. Circular por la Panamericana. A ser posible, entera, pero si no, al menos uno de sus tramos. Se extiende desde Alaska (Estados Unidos) a Buenos Aires (Argentina), pasando por Ciudad de México, Quito (Ecuador), Lima (Perú) y Valparaíso (Chile). El mejor modo de entender la diversidad americana.
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