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Noruega

Esta ruta por Oslo te hará enamorarte de la capital noruega

Oslo es una de las capitales europeas más desconocidas, y también una de las que más puede conquistar a un turista ávido de conocer lugares nuevos. Trazamos una ruta que conseguirá que te enamores de la ciudad noruega.

Palacio Real

Palacio Real Oslo

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Con menos de un millón de habitantes, en Oslo, la capital noruega, puedes respirar paz, tranquilidad y una cultura diferente que coincide con la idea que la mayoría de los europeos del sur tenemos de los europeos del norte. Aun así, probablemente te sorprenderá. Tras unas horas en la ciudad, un pensamiento se instaló en mi cabeza: en Oslo se vive bien. Puede que no sea una ciudad para todo el mundo, pero sí merece que todo el mundo le dé una oportunidad.

Visitar Oslo en verano no es un error, y ya hemos hablado de las actividades que te encontrarás si decides acercarte a ella en los meses cálidos. Pero también en muchas ocasiones hemos insistido en algo: cuando la nieve ya cubre la ciudad y las temperaturas han caído más de lo que podemos imaginar es cuando nos toparemos con la Oslo más especial. Y en las siguientes líneas vamos a trazar una ruta destacando varios puntos de interés de la capital noruega que conseguirán que veas la ciudad con los ojos de un enamorado.

Ópera de Oslo
Ópera de Oslo | Noruega

Empezamos por la Ópera, como no podía ser de otra manera. Levantada frente al fiordo de la ciudad, por el que podrás navegar si tienes suerte, es el centro de artes escénicas más importante del país y una parada obligatoria para todos los que disfruten de la cultura y de la arquitectura. Es un edificio impresionante, del que los noruegos se sienten muy orgullosos.

Desde la Ópera podemos contemplar nuestro siguiente destino: la fortaleza Akershus, un conjunto de diferentes edificaciones, entre las que se encuentra un castillo, por la que podemos pasear con tranquilidad. Con vistas al mar, este complejo militar construido en la Edad Media resplandece por la noche y es una vía de escape durante el día. Pasear entre las edificaciones, donde apenas se escucha el sonido del viento, es una gozada.

Seguimos la línea que marca el mar hasta que damos con el Centro del Premio Nobel de la Paz que, para sorpresa de muchos, se encuentra en Oslo. Sus alrededores, llenos de pinturas y murales, ya nos dejan una idea de lo que vamos a encontrar dentro: historia, reivindicaciones, exposiciones y emociones. Con actividades interactivas y en continúo movimiento, el Centro del Premio Nobel de la Paz recoge muchos de los acontecimientos más importantes del último siglo y los reúne en un edificio moderno, de fácil recorrido y que nos ocupará tanto tiempo como deseemos.

Centro Premio Nobel
Centro Premio Nobel | Oslo

Es hora de adentrarse en la ciudad. Perdiéndonos por sus calles, veremos diferentes edificios que se construyeron siglos atrás y bastantes iglesias de gran interés. Podemos detenernos en la Catedral del Salvador, una interesante construcción de finales del siglo XVII que reposa en silencio en el centro mismo de Oslo.

Continuamos hacia el este para dirigirnos hacia otra de esas visitas obligatorias para los amantes del arte: el Museo Munch o Munchmuseet. Abrió sus puertas hace más de cincuenta años y desde entonces no ha dejado de recibir visitas. La vida y obra del afamado pintor noruego Edvard Munch descansa en este edificio de corte moderno, donde veremos algunos de sus cuadros más conocidos y muchas curiosidades que seguramente se le escapen al turista corriente. Justo al lado del museo se encuentra el Jardín Botánico, por el que podremos dar un paseo entre naturaleza mientras decidimos si adentrarnos o no al Museo de Historia Natural, el mayor y más antiguo museo de historia natural de Oslo.

Tras este paseo, toca seguir paseando. Sin dejar de observar todo lo que tenemos a nuestro alrededor, y con cuidado con los resbalones si hubiera empezado a nevar, nos dirigimos ahora a lo alto de la iglesia Old Aker. Se trata del edificio más antiguo de Oslo, y el paseo hasta el mismo es de lo más agradable, aunque tendremos que afrontar más de una cuesta interesante. De este conjunto de iglesia y cementerio interesa todo, y paseando (con mucho respeto) a través de sus tumbas podremos comprender la antigüedad que hay en sus caminos.

Parque Frogner
Parque Frogner | Oslo

Descendemos y seguimos paseando hasta el conocidísimo Parque Frogner, donde llegaremos a sentirnos observados por las más de 200 impresionantes esculturas que posee, realizadas por el escultor noruego Gustav Vigeland. Aunque se encuentra considerablemente alejado del centro, visitarlo entra dentro de las obligaciones que uno adquiere cuando se compromete con la ciudad. Con un buen chocolate caliente en la mano que podrás adquirir en el mismo parque, anímate a perderte por su gran extensión de terreno, pues no habrá rincón que no te conquiste.

Esta ruta puede terminar en el gran Palacio Real de la ciudad, al que llegaremos de forma sencilla desde el Parque y que nos devolverá al centro de Oslo. El palacio es muy interesante, tanto sus exteriores como su interior, y si tenemos suerte (o nos informamos primero) podremos asistir al cambio de guardia que marca la tradición. Como veis, Oslo tiene de todo.

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