Enseña las posaderas en la fiesta más gamberra del mundo

No faltan tradiciones peculiares a lo largo y ancho del planeta, pero pocas tienen en las posaderas el punto de atención. Esto es precisamente lo que pasa en la que está considerado el evento anual más gamberro del mundo: el Mooning of the Amtrak, una fiesta que tiene lugar en la ciudad californiana de Laguna Niguel el segundo sábado de julio desde hace ya casi 40 años, concretamente desde 1979.

Cientos de personas acuden ese día hasta allí para realizar un curioso gesto: bajarse los pantalones y enseñar las posaderas. Pero no se hace ni en cualquier lugar ni a cualquier persona. La tradición manda que sea a lo largo de la valla que protegen las vías del tren y que quienes tengan el particular honor de ver los traseros de los participantes sean los viajeros que están en los vagones. Tal es la importancia de la tradición que los propios maquinistas de los trenes reducen la velocidad de la marcha durante su paso por la localidad para que la fiesta dure un poco más.

Ha habido años en los que el número de personas que se concentraban a lo largo de las vías era tan alto que ha sido necesario un gran despliegue policial para evitar que hubiera algún tipo de accidente o que se cruzaran las vías. Sobre todo porque la fiesta comienza muy temprano, con el primer tren de la mañana, que cruza Laguna Niguel a las 7.30 h., por lo que muchos empiezan a enseñar el trasero después de una gran noche de fiesta con los amigos.

Si el cuerpo aguanta, hay trenes hasta casi la medianoche, por lo que son muchas veces las que se puede uno bajar los pantalones, si se desea.

Todo comenzó, como no es difícil de entender, con una apuesta entre amigos de la localidad en un bar, en plena noche de marcha. Sin embargo, la hazaña se convirtió, casi sin que nadie se lo pueda explicar, en todo un evento. De hecho, muchos californianos desconocían la existencia de la localidad hasta que empezaron a oír de esta particular fiesta surrealista y un poco bizarra.

Laguna Niguel es una de las localidades costeras que se encuentran al sur de Los Ángeles, cerca de la famosa playa de Laguna Beach y de San Juan de Capistrano, uno de los rincones con más historia de California. No hace falta reservas previas ni mucha logística, solo tener ganas de hacer el gamberro, disfrutar con música cowntry y, sobre todo, querer bajarse los pantalones al paso de un tren, como manda la tradición.