REINO UNIDO
Dormir en una fortaleza marítima del Canal de la Mancha
Una antigua fortaleza victoriana ha sido reconvertida en hotel de 23 habitaciones. De forma completamente circular, lo que se creó en el siglo XIX para defenderse de un ataque francés por mar es ahora todo un retiro para amantes de la buena vida.
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Con Europa metida en diferentes guerras década tras década, los diferentes países debían proteger ciudades y fronteras de cualquier ataque enemigo. Si hay dos Estados que han estado siempre a la gresca, esos han sido Reino Unido y Francia, por lo que no es de extrañar que en la segunda mitad del siglo XIX los primeros decidieran levantar toda una fortaleza marítima para protegerse de un posible ataque galo.
El lugar elegido fue The Solent, el estrecho canal que separa la isla de Wight de Inglaterra, concretamente de Portsmouth y Southampton, el principal puerto del país. Allí, en medio del Canal de la Mancha, se construyó entre 1867 y 1889, con una curiosa forma circular que permitía disparar balas de cañón en cualquier dirección y flanco.
Más de un siglo después, y con ambos países aliados en temas de Defensa, la fortaleza no tiene mucho sentido en su concepción original, de ahí que se haya reconvertido nada más y nada menos que en un hotel. Concretamente en uno llamado No Man’s Land Fort, una acción que ha dado nueva vida a esta fortificación marítima de la época victoriana. Se ha encargado de ello la empresa AmaZing Venues, que lo vende como una isla privada a menos de dos kilómetros de Wight.
Este nuevo hotel de lujo cuenta con 23 increíbles habitaciones, que permiten una capacidad de hasta 44 huéspedes. La decoración es funcional y cómoda, pero con encanto, tratando de recuperar lo que podría ser la vida en un faro, pero desde la perspectiva del lujo. Las fortalezas del Solent nunca pudieron imaginar que verían a una de ellas como referencia de cinco estrellas.
Llegar hasta aquí es posible en barco, desde Southampton o desde la propia isla de Wight, pero también por helicóptero, ya que el complejo cuenta con su propio helipuerto, lo que permite desplazarse desde Londres en apenas una hora de trayecto (si lo hacemos en coche, más luego el viaje en yate hasta allí, serían dos horas aproximadamente).
Claro está que no solo se trata de dormir allí, sino de pasarlo lo mejor posible. Es por ello que el hotel quiere ofrecer experiencias típicas de un resort, pero sin el comodín de la playa. No hay chapoteos marinos pero, a cambio, sí podremos jugar al minigolf, participar de pruebas de láser tag, descansar en un jacuzzi, probar su spa...
En lo gastronómico, lo que manda es lo 100% británico, con comidas tradicionales y la posibilidad incluso de almorzar los domingos allí sin necesidad de ser huésped del hotel. No faltará una copa de Prosecco, ni un banquete con carne de ternera, tartas de mascarpone, pistacho y caramelo; langosta, pudding de Yorkshire...
Desde 600 €/noche, toda una experiencia que no esperamos en el Canal de la Mancha.
Más información:
AmaZing Venues
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