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NATURALEZA

Los doce apóstoles, la costa más salvaje del sur de Australia

Un grupo de peñascos gigantescos se levantan sobre el mar en la costa de Victoria, con un océano que lucha por caerlos y que, desgraciadamente, a veces lo consigue. La lucha entre fuerzas de la naturaleza en estado puro.

 

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Una de las maravillas que nos esperan en la Great Ocean Road australiana, la gigantesca carretera que transcurre por el perímetro costero del sur del país, es el Parque Nacional Port Campbell. Con un área de 1.830 hectáreas, dos tribus aborígenes se reparten el territorio, en el que, además de maravillosas cuevas, es posible presenciar un espectáculo único y, desgraciadamente, irrepetible: el de la lucha del océano con la tierra.

Y es que en este rincón sureño de Australia se baten a diario ambas fuerzas, siendo el mar el que, con paciencia, erosiona la piedra caliza desdibujando las maravillas que el paso del tiempo ha ido tejiendo sobre la roca. Así, hace algo más de seis años caía sobre las aguas el Arco de la Isla, un túmulo gigantesco con un gran arco en medio.

No se sabe cuándo será el momento, de ahí que sean muchos los que no dudan en incluir la costa del parque entre los lugares del mundo que hay que visitar cuanto antes. En este caso, porque aún es posible disfrutar de una maravilla salvaje: la de los Doce Apóstoles, considerados uno de los hitos de la geología australiana y que maravilla a cualquiera que se acerque a ellos por tierra o por mar.

Se trata de un agrupamiento de agujas de piedra bastante próximas entre sí. A pesar del nombre, no se trata de una docena, sino de nueve, aunque uno de ellos cayó hace unos años, convirtiéndose en otro de los de menor tamaño que también abundan en la zona. Son las olas, que van gastando las bases, las que se encargan de horadarlos, al tiempo que el viento de la zona va limando el resto del conjunto.

Situadas a 7 kilómetros de Port Cambell, hay un centro de visitantes que se encarga de organizar visitas para poder ver a poca distancia los grandes túmulos. Lo mejor es desde plataformas adaptadas en los puntos en los que se pueden ver un mayor número, ya que por su posición es imposible verlos todos de un vistazo. Dependiendo del estado del mar, también sería posible hacerlo en botes, pero no es lo más aconsejado.

Estas plataformas no están demasiado alejadas de la carretera, por lo que es un buen plan para toda la familia y no necesita de una gran forma física. Eso sí, algunas de las áreas son accesibles solo salvando unas escaleras de madera (la mayoría, sin embargo, son perfectamente accesibles en sillas de ruedas). A cambio tendremos unas vistas espectaculares a menos de 100 metros de las agujas más grandes.

Cada una de estas agujas fueron en su día grandes cuevas, como las que aun se pueden visitar en Port Cambell. Son un marco perfecto para la vida de animales como las langostas, las arañas de mar, las focas y un sin fin de aves marinas. Es por ello que, además del avistamiento de pájaros, localizados en puntos concretos, también es posible la práctica del buceo y el esnórquel en la zona. En este caso, en una gran área junto a la costa y sus altísimos acantilados, a un paso de los Doce Apóstoles, que serán los que ‘vigilen’ nuestras aventuras submarinas.

Con accesos bastante sencillos, al encontrarse el parque en el transcurrir de la gran carretera australiana, no faltan pequeños campings, tanto de tiendas como de caravanas, así como hoteles y todo tipo de facilidades para aquellos que prefieran combinar esta excursión con unos días en plena naturaleza. Australia bien lo vale.

Más información:
Parque Nacional Port Campbell
Visit 12 Apostles

 

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