ESTADÍSTICA DE ROBOS EN HOTELES
¡Cuidado, el huésped se lleva las bombillas!
Un estudio de un portal de reservas ha analizado los pequeños robos que perpetran los clientes de los hoteles. Tras consultar a cientos de ellos, no son curiosamente las toallas lo que más llama la atención a los 'amigos de lo ajeno', sino las bombillas.
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¿Alguna vez se te ha antojado tanto un objeto de decoración de tu habitación de hotel que has fantaseado con llevártelo a casa? La realidad muestra que no son pocos los huéspedes que, más allá de imaginárselo, lo llevan a la práctica. O al menos eso es lo que se desprende de un estudio que ha llevado a cabo el portal LateRooms.com, que ha consultado a más de 8.000 hoteles europeos sobre los objetos que han robado los clientes en sus habitaciones a lo largo del último año.
Sin embargo, los resultados son bastante sorprendentes. Aunque el sambenito de los robos hoteleros tienen a las toallas del baño como los principales objetos de deseo, no son estas inmaculadas piezas de algodón rizado las que más predicamento tienen. Al contrario. Según admitió el 90% de los hoteles consultados, lo que más desaparecía de las habitaciones era nada más y nada menos que ¡las bombillas! Y es que no eran pocas las veces que los encargados de la limpieza descubrían que algunas de las lámparas amanecían sin poder alumbrar la habitación.
Claro que hay algo más deseado: los botecitos que están sin abrir en el baño. En el caso de las 'amenities' del baño hay controversias sobre lo que es y no un pequeño hurto. Así, se considera poco apropiado llevarse a casa los botes que se añaden como refuerzo, y no limitarse a los que hayamos usado, sin embargo está asumido que el huésped se los puede llevar sin problema. Lo mismo ocurre con las revistas en algunos casos, no así con los libros de consulta o fotografía, que deben dejarse en la habitación en todo momento. Igual que el albornoz, aunque son muchos los hoteles que los venden y evitan la necesidad de que 'en un descuido' se lo lleven los huéspedes.
Tras bombillas y droguería, la lista sigue con las pilas de los mandos a distancia. Sí, no es broma. Se ve que muchos se acuerdan de que el de casa está sin baterías desde hace unos meses y que el mejor momento para renovarlas es a la vuelta del viaje... y a ser posible sin pagar por las nuevas. Tras estas, ahora sí, las toallas y las alfombrillas para los pies del baño.
La lista es, cuanto menos, curiosa. Y es que hay elementos que completan el Top 10 que es difícil de entender el hecho de que alguien se lo lleve. Por ejemplo, el que ocupa el sexto lugar: las Biblias. ¿Por si hay una urgencia durante el trayecto de vuelta a casa y no nos da tiempo a leer la que tenemos en la biblioteca? Justo antes que el libro sagrado se encuentran las plantas decorativas de la habitación y, después, el mando del televisor (total, ya que te has llevado las pilas...), las fundas de edredón también están entre las cosas más robadas, una lista que cierran los secadores de pelo.
La mayoría de los robos, salvo quizás los edredones, suelen ser objetos pequeños, aunque eso no quiere decir que no haya habiado huéspedes que se hayan llevado objetos más voluminosos. Claro que, afortundamente, no son tantos como para auparse en el top. ¿El más raro? Quizás el piano que se llevaron una vez del lobby de un hotel de Starwood o la cabeza de jabalí del Hotel du Vin en Birmingham.
Por nacionalidades, según un estudio de Hoteles.com, son los argentinos los más proclives al robo. Un 73% de los encuestados admitieron haberse llevado más amenities de la cuenta o algunos objetos. Los españoles somos los terceros (70%), justo detrás de los singapurenses (71%). Después, alemanes (68%), irlandeses (67%), rusos y mexicanos (ambos, 59%). Y es que el robo está más extendido de lo que parece...
Más información:
Laterooms.com
Hoteles.com
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