ESTOCOLMO

¿Cuál es el mito viral de El niño de hierro de Gamla Stan?

Es la estatua más pequeña de la ciudad y que más ternura provoca a los turistas.

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Dicen que, a veces, las mejores historias son las más desconocidas. Por ello, hoy nos trasladamos hasta Suecia, concretamente, Estocolmo. La ciudad, conocida como la “Venecia nórdica”, está construida sobre 14 islas conectadas por puentes. Un lugar con mucho encanto natural, pero también con mucha historia detrás. Por ello, hoy hablaremos de una de sus esculturas más particulares: Järnpojke. También conocido como El niño de hierro, la estatua ha sido objeto de muchas historias y leyendas a lo largo de los años.

Gamla Stan es la ciudad que cuenta con este pequeño encanto para los turistas. Y es que, como es bien sabido, la región está formada por calles empedradas y callejuelas de estilo medieval. Una zona con numerosos edificios históricos, religiosos y culturales que cada vez atrae a más personas. Realizamos un breve repaso por esta curiosa obra de metal.

Järnpojke
Järnpojke | Imagen de Алексей Решетников, licencia: CC BY 3.0, via Wikimedia Commons

Historia

Creada por el escultor sueco Liss Eriksson, en 1954, la estatua es conocida por ser la más pequeña de la ciudad. Ubicada en un pequeño patio detrás de la iglesia de Slottskyrkan, cerca del Palacio Real, en Gamla Stan (el casco antiguo), mide 15 cm de altura. Por lo tanto, a veces pasa desapercibida para los viajeros de la zona. Debido a que su cabeza está orientada hacia arriba, parece que mira el cielo. Por ello, también es conocida como “El niño que mira a la luna".

La obra lleva instalada en el lugar desde 1967 y se ha convertido en uno de los encantos más desconocidos de la ciudad. Eso sí, es tan particular y única que apenas se muestra en las guías de viaje, por lo que se considera una atracción turística casi secreta. Asimismo, cabe señalar que, en invierno, se le coloca a la estatua una pequeña bufanda y gorro.

Los visitantes suelen dejar monedas alrededor de El niño de hierro a modo de ofrenda. Lejos de quedar aquí, algunos lo veneran con flores e, incluso, con comida. Asimismo, cabe señalar que la visita al lugar es completamente gratis.

Järnpojke
Järnpojke | Imagen de Pieter Claerhout, licencia: CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons

El mito viral

Como la mayoría de las estatuas, El niño de hierro también tiene sus creencias. Muchos la asocian con la buena suerte. De hecho, se dice que todo aquel que le frota la cabeza regresa a Estocolmo. Por ello, se puede apreciar esta parte de la obra más pulida que el resto del cuerpo.

Por otro lado, en redes sociales se ha hecho viral una leyenda poco conocida al respecto. De esta manera, se indica que si le frotas la cabeza una vez tendrás buena suerte. Pero, si la frotas tres veces, dejarás de estar soltero y pronto pasarás por el altar. Por ello, cada vez son más las personas que viajan hasta esta parte de la ciudad. Pues, son muchas las que ansían encontrar ya a su media naranja.

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