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NAVEGAR ENTRE ESPELEOTEMAS

De crucero por un río subterráneo

'Emerger y sumergirse' es el lema del juguetón río Punkva, en la República Checa. Su particularidad es que permite ser navegado tanto en los tramos en los que se cuela dentro de las montañas como en el exterior. Un viaje único que permite descubrir el corazón del abismo Macocha.

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El Karst de Moravia es una de las cavidades más notables del centro de Europa. De las más de 1.000 cuevas descubiertas en la zona, cuatro de ellas están abiertas al público. Entre ellas, unas muy especiales: las de Punkva, que incluyen un viaje en barco por un río subterráneo.

El río Punkva es la corriente subterránea más larga de la República Checa, un río que atraviesa la impresionante zona kárstica muy cerca del conocido abismo o garganta de Macocha, y que cuenta con casi 30 kilómetros de largo. 
Su principal característica es que por tramos emerge y se sumerge bajo la superficie terrestre. Lo curioso, es que se puede visitar en lancha, una experiencia que se convierte en toda una aventura.

Navegar bajo tierra y rodeado de espeleotemas es uno de los alicientes cuando uno viaja hasta las cuevas de Punkva. Se encuentran en Pustý Žleb, a 2 kilómetros del centro de información y del restaurante Skalní mlýn, corriente arriba del río. Es una visita que dura aproximadamente una hora y en la que pasarás por enormes cúpulas y pasillos repletos de estalactitas y de estalagmitas hasta el abismo Macocha. 
La experiencia es impresionante, el fondo del abismo tiene una profundidad de casi de 140 metros y el lago Inferior, que se ve en el fondo, otros 40 metros más de profundidad. Es el mayor desfiladero de su tipo en Europa Central. El fondo de la garganta dan acceso a las cuevas Punkva desde 1914.

Las otras cuevas que se pueden visitar son la Cueva Catalina, en el corazón del Karst, conocida por sus estalagmitas de varilla, únicas y espectaculares, la Cueva Balcarka con un colorido excepcional y cubierta de estalactitas y estalagmitas posiblemente la cueva más grandiosa en el Karst de Moravia, y las Cuevas Sloupsko, un gran complejo de domos, pasillos y enormes abismos subterráneos que unen dos plantas con una diferencia de altura de 60 metros, aunque la ruta turística pasa a través de la planta superior. En la cueva se encontraron esqueletos de osos de las cavernas, leones, hienas y otros animales. El recorrido es también el de un sitio arqueológico de fama mundial, en la cueva Shed se encontró el cráneo de un hombre de Neanderthal de unos 45.000 años de antigüedad.

La Reserva Nacional Natural Karst de Moravia se extiende en un área de unos 100 kilómetros cuadrados. Se recomienda reservar las entradas a las cuevas durante los meses de mayor afluencia de turistas para no quedarse sin ellas.

 Como la parte más frecuentada de esta región natural permanece cerrada al tráfico para evitar su deterioro, lo mejor es llegar allí en alguno de sus dos trenes de carretera o en un teleférico que conecta el complejo de Skalni Mlyn, las Cuevas de Punkva y la estación inferior del teleférico y que permite ver el Macocha, desde lo alto de dos dos puentes de observación.

Dentro, navegando por las cuevas, disfrutaremos del que es el crucero fluvial más diferente de toda Europa.

Más información:
Cuevas de Punkva

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