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Europa

El cristo del Abismo

Un homenaje mágico a un amante de las profundidades del mar

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En 1950, un buzo italiano, Dario Gonzatti, perdió la vida en una de sus inmersiones bajo el mar. Y recibió un homenaje que perdura hasta nuestros días. Pocos son los que saben que en la bella costa mediterránea italiana, entre Camogli y Portofino, y frente a la Abadía de San Fruttuoso, hay algo muy especial a 17 metros de profundidad. En estas aguas, un área natural marina protegida, una escultura excepcional se alza majestuosa, es el Cristo del Abismo. Una estatua de dos metros y medio de altura obra del escultor italiano Guido Galletti, que fue colocada por los buzos de la Marina Militare. Las manos del Cristo, dirigidas hacia la superficie del mar, muestran o tratan de transmitir paz. La imagen bajo el mar impacta. En la base una placa en honor de aquel amante del submarinismo italiano que murió en este bello lugar. La historia es ciertamente bonita y emocionante. Sobretodo teniendo en cuenta que Dario fue el primer italiano en sumergirse con un equipo de buceo en la historia del submarinismo del país. Y ahora, para los amantes de este deporte, la bahía de San Fruttoso, tiene un aliciente más. La imagen del Cristo bajo las aguas es sorprendente y mágica. Pero si no te gusta o te da miedo bucear, puedes ver una réplica de la estatua en la iglesia de la Abadía situada en la playa frente al mar. Visitar el Cristo del Abismo es una de las excursiones de buceo más populares en esta zona. Calas mediterráneas y belleza bajo un mar cálido y de aguas cristalinas. Un homenaje también para quienes buscan turismo, buceo, sol y playas. Y en Italia, muy cerca de Portofino en la provincia de Génova, un lugar imprescindible de la costa italiana. Una pequeña población llena de vida, calles de colores, puerto de pescadores y lugar de vacaciones por excelencia. Tradición y lujo, ambiente bohemio junto a lujosas villas y yates. Y por supuesto la mejor gastronomía. Una delicia. Y como curiosidad, comentaros que existen otras réplicas de esta escultura en el mundo. Una en Florida, en Key Largo, otra en Lago Palü en Valmalenco en Italia y otra más pequeña y fuera del agua en el puerto de Saint George, en la capital de la isla caribeña de Granada. Pero los motivos de estas otras ya son otra historia.

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