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AUSTRALIA

10 cosas que no sabías de la Ópera de Sídney

Es el edificio más emblemático de Australia y, sin embargo, aun no ha cumplido medio siglo de vida desde que fuera inaugurada. Las olas al viento de su cubierta dominan el puerto de la capital financiera del país, acogiendo todo tipo de conciertos y a los mejores artistas del momento.

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Obra del arquitecto danés Jørn Utzon, la Ópera de Sídney abrió sus puertas el 20 de octubre de 1973 con una gran ceremonia en la que la reina Isabel II, ejerciendo de monarca de Australia, cortaba una cinta inaugural que, además de permitir una nueva escena en la ciudad, permitía la entrada del país al Olimpo de la arquitectura.

Hoy sigue siendo uno de los edificios más distintivos y famosos no solo del país, sino también de todo lo que se construyó en el siglo XX. Allí tienen su sede las principales compañías y orquestas de Australia, como la de Ópera, la de Teatro de Sídney o la Sinfónica, cuyos integrantes pueden presumir de ensayar y actuar entre las paredes de un templo de la cultura declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2007. Recorremos sus salas y escenarios para aprender curiosidades que, seguro, desconocías de este símbolo de la modernidad.

1. Desde que comenzaran las obras hasta su inauguración transcurrieron 17 años. Fue en 1959 cuando se creó el podio, una primera de las tres etapas en las que se divide su construcción. La segunda comenzó en 1963, la de las bóvedas externas, que tardaron cuatro años en tomar forma. El interior, por su parte, se fue creando al mismo tiempo, aunque esta tercera etapa se extendió durante toda una década.

2. Nadie esperaba que el proyecto ganador lo fuera, ya que el autor era un arquitecto de 38 años, muy joven para el sector, cuando se presentó al concurso, sin fama en su país y que llegó a Australia con su idea bocetada a mano. Claro que nadie contaba con su suerte, pues había ganado siete de los 18 concursos a los que se había presentado en los años anteriores.

3. El diseño expresionista del danés Utzon tenía como protagonista al conjunto de conchas del techo, cada una tomada de la misma semiesfera, y apoyadas sobre 580 pilares hundidos hasta una profundidad de 25 metros. Se les llama ‘cáscaras’ y están recubiertas con 1.056.006 azulejos de colores blanco brillante y crema mate, formando un tenue patrón en V invertida. Eso sí, a simple vista, a lo lejos, parecen blancos.

4. Con una extensión de 1,8 hectáreas, es posible alinear hasta ocho aviones Boeing 747 sin que por ello nos salgamos del perímetro del edificio.

5. La Ópera se asienta en la península de Bennelong, aunque realmente se trataba de una isla, rocosa y con una playa. Su localización la hizo perfecta para reunir allí a los caballos que llegaban de los comerciantes de Sudáfrica. Sin embargo, a principios del siglo XIX, se decidió unirla al continente, pasando a ser península. Así, se aprovechó para construir allí el Fuerte Macquarie. Hoy se llama Bennelong el restaurante del complejo.

6. Para pagar el edificio, el Gobierno de Australia creó una lotería especial, un sorteo que tuvo lugar en 1975 y que permitió el desembolso de los 102 millones de dólares australianos que costó el complejo. Resulta curioso que el presupuesto inicial de la Ópera de Sídney fue de apenas 3,5 millones. La diferencia, abismal.

7. La energía eléctrica de la que necesita la Ópera de Sídney valdría para dotar de consumo suficiente a una ciudad de 25.000 habitantes. Solo en el edificio hay tirados 645 kilómetros de cable.
8. En ninguno de los discursos de la inauguración se nombró a Utzon, un mal detalle que no se trató de resolver hasta finales de la década de los 90. En aquel momento, el Patronato de la Casa de Ópera de Sídney contactó con el danés para una reconciliación y asegurar su implicación en una futura remodelación del edificio. En 2004 se inauguró el primer espacio interior reconstruido fielmente al diseño original: la Sala Utzon.

9. El pico más alto de una de las ‘cáscaras’ o velas del techo tiene una altura máxima de 67 metros, es decir, el equivalente a un edificio de 22 plantas.

10. La Ópera se puede visitar con guías oficiales en castellano. Se trata de una ruta que cubre los teatros, los vestíbulos y zonas que están restringidas habitualmente al público. Las entradas se pueden comprar por Internet, en la web oficial del complejo, con un descuento del 10% sobre el precio en taquilla. Incluye puntos insólitos desde los que hacer las mejores fotos y hay que llegar 15 minutos antes de la salida del tour (desde 37 $, los martes y jueves a las 14.45 h y una hora de duración).

Más información:
Sydney Opera House

 

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