EN EL CENTRO DE PENSILVANIA
Centralia, el pueblo fantasma que lleva ardiendo desde 1962
Un accidente limpiando un vertedero produjo un incendio en las minas de carbón abandonadas de este pequeño pueblo de Estados Unidos. La imposibilidad de apagarlo acabó con la localidad convertida en una ciudad fantasma y con unas llamas que aun hoy no se han extinguido.
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En Springfield, la ciudad en la que viven los Simpson, hay un vertedero de neumáticos ardiendo día y noche sin descanso. No se sabe cuándo comenzó a arder, pero seguramente no le quitaría el récord de durabilidad a una ciudad que sí que existe más allá de una serie de animación. Se trata de Centralia, un pueblo en el centro de Pensilvania que está en llamas nada menos que desde 1962. Abandonado completamente a principios de los 80, hoy es un pueblo fantasma y toda una atracción para los amantes de las escapadas diferentes y con cierto riesgo.
Ya lo dice un cartel en la entrada de lo que fue el pueblo: allí hay peligro de colapso del suelo, que se puede venir abajo en cualquier momento, y los gases que emanan desde sus profundidades no son, precisamente, inocuos. Y todo por culpa de un fatal accidente que acabó con lo que era el típico pueblo pequeño americano, viviendo una recesión por culpa del abandono de las minas que, décadas atrás, fue le motor económico de la zona.
Centralia era un importante pueblo minero de Pensilvania, en el este de Estados Unidos. Sin embargo, la calidad del carbon y la cantidad fueron decreciendo, abocando al cierre y abandono de muchas de las minas, las cuales eran gigantescos laberintos junto y bajo el pueblo. En aquel entonces, este lugar del condado de Columbia tenía más de 1.000 habitantes (con la minería en su apogeo, fueron 3.000, en el siglo XIX), que se podían permitir incluso escaparse a Nueva York los fines de semana, pues estaba a tres horas en coche.
Un día de primavera de 1962, unos operarios trabajaban en la limpieza del vertedero local. Como de costumbre, incendiaron los escombros, independientemente de que se encontraran cerca de una mina de carbón abandonada. No se sabe muy bien cómo, pero el fuego pasó a las galerías de la mina, provocando que se extendiera por todo el laberinto de lo que fueron las minas. Comenzó un incendio que hoy, más de medio siglo después, se mantiene activo. Y es que apagarlo costaría millones de dólares, una cantidad que ya entonces (cuando se cifró en 50.000 $) era imposible de pagar.
La consecuencia fue que, poco a poco, el carbón se convertía en fuego bajo el mismo pueblo, que empezó a sufrir escapes de gases peligrosos. Se calcula que el incendio bajo tierra creció a la razón de 150 metros anuales, y la apertura de pozos para aliviar la presión del suelo y sus gases no fue suficiente. La cosa fue aumentando, con depósitos de gasolina que empezaban a tener una temperatura peligrosamente alta de 80 ºC (el riesgo de explosión era real) y las emanaciones de gases cada vez más tóxicos, así como suelos que se abrían bajo los pies de los habitantes, en los jardines de sus casas. Demasiado peligroso, por lo que el pueblo fue finalmente desalojado, y para entonces ya habían pasado casi 20 años del accidente.
Hoy Centralia es una ciudad fantasma. La carretera que la cruza, un tramo de la antigua Ruta 61, parece encontrarse en medio del paisaje boscoso, y es que es difícil hacerse a la idea que donde hoy hay hierba y algunos árboles, antes eran casas y barrios completos. El suelo se ha agrietado por completo, también la propia carretera, y siguen emanando llamas, gases tóxicos y mucho humo de las entrañas de la tierra. No es de extrañar que algunos lo llamen 'la puerta del infierno de Estados Unidos'.
Lo poco que queda, como la propia carretera, ha sido tomada por grafiteros, que han convertido el lugar en toda una exposición artística de mil colores. Es lo que visitan los que se acercan a Centralia buscando una aventura diferente. Si los galos temían que se les cayera el cielo sobre las cabezas, aquí el temor es el contrario: que el suelo se les abra mientras están de escapada...
Más información:
Turismo de Pensilvania
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