DISFRUTAR COMO NIÑOS
5 carruseles en los que hay que montar una vez en la vida
Más allá de trepidantes parques de atracciones con montañas rusas imposibles, a veces se disfruta más volviendo a los juegos sencillos, a las barracas en las que algo tan simple como subirse a un caballito y dar vueltas era suficiente para pasarlo genial. Y aun hoy perduran, como estos cinco carruseles emblemáticos.
Publicidad
No hay pequeño en el mundo occidental que no haya subido alguna vez en su vida a un carrusel. Allí se lo han pasado bomba, sin importarles que el caballito no hiciera más que subir y bajar mientras daba vueltas, o que el coche de bomberos en miniatura solo tuviera unas campanas y una bocina. ¡Tenía campanas y bocinas! Y es que con eso teníamos suficientes para ser felices.
Hoy los carruseles siguen formando parte del paisaje en algunos parques que mantienen intacto el sabor de décadas atrás. Al mismo tiempo, también se encuentran en algunos de los centros más modernos y trepidantes, ya que no dejan de encontrarse entre la oferta para los más pequeños. Eso sí, independientemente de nuestra edad, hay que haber subido alguna vez en nuestra vida a estos cinco, lo más emblemáticos del mundo:
1. Carrusel Jane (Nueva York). Se encuentra en el parque del puente de Brooklyn, junto al río y con maravillosas vistas de la ciudad. Sin embargo, no siempre estuvo allí, ya que su primera ubicación fue en Ohio. Construido en 1922 con 48 caballos de madera, fue trasladado a Nueva York en la década de los 80. Allí fue restaurado y colocado dentro de una estructura de vidrio que lo protege.
2. Le Manége d'Andrea (ambulante). Lo bonito de subirse a Le Manége d'Andrea es que este carrusel supone una oportunidad única cada vez que te lo encuentras, pues es ambulante y nunca se encuentra en la misma ciudad ni, en caso de repetir destino, en la misma ubicación. Recorre Europa desde 1999 y está hecho a mano con piezas recicladas de madera, cobre, acero... En vez de caballos hay peces, cisnes, centauros...
3. Carrusel del House on the Rock (Wisconsin). El gran parque de atracciones House on the Rock, en la ciudad de Spring Green (Wisconsin) destaca por ser el más grande del mundo en activo, con un vibrante color rojo del que se encargan de hacer brillar más de 20.000 luces. En su interior, casi 300 figuras de todo tipo, que giran junto a cientos de maniquíes flotantes con forma de ángeles.
4. Carrusel del muelle de Brighton. En la ciudad costera de Reino Unido se encuentra uno de esos carruseles clásicos por los que parece no haber pasado el tiempo. Claro que, además de caballos tradicionales o carruajes victorianos también podemos elegir subirnos a pollos gigantes y otros animales divertidos. Lo bueno, que no pasa nada si un adulto se sube sin niños y disfruta.
5. Palacio del Carrusel (Kaatsheuvel). En pleno parque de atracciones de Efteling, Holanda, hay una estructura con más de 120 años a sus espaldas: la del Palacio del Carrusel, o como lo llaman allí: el Stoomcarrousel, en donde los caballos son obras de arte talladas a mano y que se creó con un órgano muy particular que permitía que tuviera sonido mientras giraba, y que aun se encuentra en su parte central.
Publicidad