Establecimientos míticos
5 cafés europeos con mucha historia
Son cafés históricos, en los que personajes de la cultura, del arte y de la política se reunían en el pasado. Aún respiran ese aroma de conversaciones, confabulaciones y de juergas pasadas.

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Desde el Caffè Florian en la mismísima plaza de San Marco
en Venecia, el más antiguo del mundo, al Majestic Café, en Oporto, son lugares
en los que sentarte a disfrutar de un café, quizá no el mejor ni el más barato
del mundo, pero merecen la pena. Son lugares a visitar, por lo menos una vez en
la vida.
Majestic Café (Oporto)
Aquí no encontrarás el mejor café del mundo, pero sí es uno
de los más bonitos cafés del mundo. Situado en la popular calle comercial de
Santa Catarina, este establecimiento de estilo belle époque es una visita obligada,
tanto si te gusta el café como si no y viajas a Oporto. Hasta J. K. Rowling
parece que pasó algunas tardes en el establecimiento durante su estancia en la
ciudad, escribiendo algunos capítulos de Harry Potter. No te vayas sin probar
sus tartaletas de crema.
Café Central (Viena)
Abrió sus puertas en 1860 y a finales del siglo XIX se
convirtió en uno de los puntos de encuentro más importantes de la
intelectualidad vienesa. Personajes como Freud y Trotsky, quien solía jugar al
ajedrez allí, acudían a él con frecuencia. Toma asiento en su suntuoso salón,
saborea tu café, cómete uno de sus exquisitos pasteles e imagina cómo debía ser
hace más de un siglo.
Caffè Florian (Venecia)
Abierta en 1720, es la cafetería más antigua del mundo.
Aquí se reunían personajes como Giacomo Casanova
o Gabriele d’Annunzio. Hoy, el Caffè Florian conserva el encanto de los tiempos vividos. Con sus arquitectura, las
salas decoradas en distintos estilos (las más famosas son la Sala del Senado,
la Sala China, la Sala Oriental y la Sala de los Hombre ilustres) y sus
interior del siglo XIX, es un lugar ideal para tomarte quizá uno de los
espresso más caros que te hayas tomado. La historia lo merece.
Café de la Paix (París)
Inaugurado el 5 de mayo de 1862 por la emperatriz Eugenia, el Café de la Paix es todo un símbolo de la capital francesa. De estilo belle époque, este establecimiento situado en la plaza de la Ópera ofrece la experiencia parisina por definición; es una de esas cosas que hay que hacer en la vida. Probablemente los postres atraigan más clientela que el propio café, sobre todo el «mille-feuille», que es un crujiente y cremoso trocito de cielo.
Antico Caffè Greco (Roma)
Es el café más antiguo, data de 1760, y conocido de la
ciudad. Situado en Vía Condotti, muy cerca de la plaza de España, se trata
también del segundo más antiguo de Italia, sólo superado por el Caffè Florian,
de Venecia, de 1720. Personajes históricos como Goethe, Stendhal, Schopenhauer,
Lord Byron, Richard Wagner y Orson Welles pasaron por el local. A mediados del
siglo XIX fue frecuentado por los pintores
españoles pensionados en la ciudad eterna, como Eduardo Rosales, Casado
del Alisal o Mariano Fortuny. En la actualidad, se conserva como un refugio
para escritores, artistas e incluso políticos de Roma. Es un sitio ideal para
tomarse un clásico desayuno italiano consistente en un capuchino y un pastel.
El café es cremoso y el tiramisú es simplemente perfecto. No tanto el servicio,
al más puro estilo romano.
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