Bora Bora, la isla romántica
Bora Bora, la isla romántica
Un paraíso en la Polinesia Francesa
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Bora Bora es una de esas islas mágicas y románticas que hacen de la Polinesia Francesa un destino único y especial. A tan solo una hora de vuelo desde la isla de Tahití o la de Moorea, la isla de Bora Bora, asentada al borde de una laguna es una tierra de contrastes, una paleta de colores azules y verdes, es amor a primera vista. Laderas y valles tropicales, exuberantes, llenos de hibiscos, playas de arena blanca, perfectas, y aguas color esmeralda donde habitan peces de mil colores y jardines de coral. Bora Bora es un universo lleno de luz y veladas a la luz de las velas, con lujosos resorts y spas en los que esconderse, íntimos y tranquilos. Pero no hay que confundir romanticismo con nada que hacer, porque en este pequeño paraíso, hay miles de actividades, como por ejemplo, unirte a una atrevida expedición para alimentar a los tiburones en la laguna, o apuntarte a un tour de medio día en Jeep por el interior de la isla. Se puede optar por pasar el día en la solitaria y salvaje Playa Matira y ver el atardecer por encima de sus claras aguas de color azul turquesa, o bucear en busca de mantas raya recorriendo el arrecife de coral haciendo snorkel. Motos acuáticas, jet ski, kitesurf, esquí acuático, o si lo prefieres, parapente, paracaidismo, o recorrer la isla en helicóptero. Hay cruceros al atardecer en catamarán, recorridos en lanchas, paseos en barcos con fondo de cristal, caminatas hasta los miradores panorámicos, caminatas guiadas al monte Pahia y al monte Otemanu o excursiones para descubrir el arte y las artesanías de madera locales, las famosas perlas de Tahití o sus perfumes y aceites. También puedes visitar el pueblo principal de Vaitape e ir de compras a las tiendas locales o cenar en uno de los restaurantes de Bora Bora como el Mai Kai Bora Bora, La Villa Mahana, o el legendario Bloody Mary. Y si te gusta la historia te sorprenderá saber que puedes encontrar patrimonio de la Segunda Guerra Mundial, de los días en los que Bora Bora sirvió como base de carga para las tropas americanas. Todavía hoy puedes ver los cañones que protegían la isla, que fue bastión estadounidense. El espectacular paisaje, la privacidad y las comodidades y espectacularidad de los bungalows sobre el agua, todo en Bora Bora está enfocado al romance. Los resorts han diseñado, desde el amanecer y hasta la puesta del sol, experiencias románticas únicas, a elegir. Este pequeño paraíso se ha consagrado como el destino universal de los que buscan un lugar especial para su luna de miel. Y no es para menos, ya que Bora Bora es, sin duda, una de las islas más bonitas del planeta. De origen volcánico, con su lago de aguas cristalinas y rodeada de arrecifes de coral, a lo que hay que añadir la belleza de sus playas y su naturaleza exuberante, han hecho de ella un paraíso en la recóndita Polinesia Francesa y un increíble destino que atrae a turistas de todas la nacionalidades. Para llegar, hay que volar hasta Tahití y desde allí tomar un avión en el aeropuerto de Motu Mate, que nos llevará en unos 30 minutos hasta la región de Vaitape. Desde España, el viaje no resulta demasiado económico, aunque hay miles de opciones y agencias de viajes que ofrecen este destino. Bora Bora te ofrece un paraíso tropical encaramado sobre el Pacífico Sur ideal para relajarte en cuerpo y alma. En Bora Bora te sentirás lejos del mundo, y como un explorador de los Mares del Sur. Ver la isla es amor a primera vista, incluso antes de aterrizar. Desde la ventanilla del avión el espectáculo es ya inigualable. Bora Bora es uno de los pocos lugares en la tierra al que todo el mundo espera poder ir alguna vez. La isla, lo merece.
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