Los baños de barro de Saga, el secreto de belleza japonés

Si hay algo a lo que nos tiene acostumbrados Japón es a sus rarezas. En Viajestic ya te hemos hablado de su hotel gestionado por robots, o la discoteca donde también son robots los bailarines; y en materia gastronómica, la cafetería de erizos, entre otras. Sin embargo, la lista no deja nunca de crecer. Lo último fue un local donde los clientes pudieron disfrutar de diversión con amigos mientras estaban literalmente bañándose en una piscina de barro.

Pero detrás del Gata Bar, que fue así como se llamó a este singular local pop up, que revolucionó el centro de Tokio durante dos semanas, se encontraba toda una acción publicitaria: la promoción de la prefectura de Saga, una región al sur de Japón famosa por los baños de barro, en la capital del país. Sin duda, toda una acción de márketing. Pero el guiño a Saga no se limitó a eso. El menú del Gata Bar también ofreció platos típicos de la zona como pescados y frutas, así como cervezas y sake.

De las playas de Saga se extraen cada año unas cuatro toneladas de barro, que se usa exclusivamente en baños termales y medicinales, así como en cosméticos. Es un trabajo manual y se realiza durante ocho horas al día para llegar a tal cantidad de barro (incluso se usan tablas de surf para moverse por la arena mojada). Rico en minerales, es perfecto para tratar e hidratar la piel.

Pero también para divertirse. Cada mes de junio se celebran allí las Olimpiadas del Barro, con multitud de juegos que recuerdan a los del mítico programa Humor Amarillo y donde hay que tirarse en tirolina, jugar entre plataformas móviles, etcétera. Se llama las Gatalimpiadas.

Las zonas de extracción del barro se encuentran en todo un paraje de naturaleza maravillosa. Por ejemplo, uno de los bosques de pino negro autóctono más interesante del país. Las playas de Saga, enormes, son el punto de partida para recorrer el mar del Japón y llegar a Corea, de ahí que las ciudades de la zona tengan también influencia corana en sus construcciones. Y, claro, además de para los baños, el barro se utiliza en cerámica, que es una de las tradiciones más extendidas en la artesanía de la zona.

La ciudad de Imari es la capital de la porcelana y está en esa prefectura. Sus piezas son conocidas tanto por su sofisticación como por sus colores: tonos rojos, verdes y amarillos. Hay más de 60 hornos solo allí.

Y si quieres conocer algo de historia, en el castillo de Saga es el mayor proyecto de restauración de una construcción de madera de todo Japón. La puerta Sachino-mon y algunos muros de piedra datan de la época en la que se construyó, allá en el siglo XVII. Además, en el Parque Histórico Yoshinogari se ha reproducido una aldea del período Yayoi (del siglo III a.C. al siglo III d.C.), tomando como base las ruinas existentes con sus fosados circulares, sus atalayas y otras construcciones.

Sin duda, toda una experiencia diferente en una de las zonas más desconocidas de Japón.

Más información:
Para llegar a Saga, la mejor forma es en avión, ya que el vuelo apenas se demora 1 hora y 50 minutos entre Haneda y Fukuoka (luego habrá que añadir 35 minutos desde la estación de Hakata hasta la de Saga). Si quieres ir solo entren, el viaje son 5 horas desde la capital hasta Hakata, en la JR Tokaido-Sanyo Shinkansen Line. Desde Osaka es menos tiempo, apenas 2 horas y media también en tren bala.
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