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El verdadero oro blanco

La antigua ruta de la sal se recorre en Alemania

La antigua ruta de la sal es el recorrido que hacían los comerciantes del llamado oro blanco en la Edad Media desde los yacimientos de sal de la zona de Laneburgo hasta Lubeca, junto al mar Báltico, 100 kilómetros en los que enamorarte de Alemania.

Lubeca

Lubeca Pixabay

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¿Sabías que la sal era tan valiosa como el oro allá por la Edad Media? suponía en la economía de la época lo que ahora supone el petróleo, de ahí que se le llamase oro blanco del mismo modo que llamamos hoy oro negro al petroleo.

Esa importancia de la sal va unida a la de las rutas comerciales, rutas comerciales de sal como la antigua ruta de la sal que recorre unos 100 kilómetros al norte de Alemania entre las salinas de Laneburgo y el mar Báltico.

¿Qué descubrirás recorriendo esta ruta? la ruta comienza en Laneburgo, el lugar donde estaban los yacimientos de sal más importantes del norte de Europa, y termina en Lubeca, en el Báltico porque es allí donde se usaba para la conservación de los arenques y también se embarcaba hacia Escandinavia.

Luneburgo
Luneburgo | Pixabay

Cuando inicies la ruta debes tener en cuenta que durante largo tiempo se trató de un recorrido hecho por ricos comerciantes (los comeriantes de sal) y que era algo así como una ruta oficial, estaban obligados a cruzar por las localides de la ruta (no podían rodearlas) y pagar sus correspondientes impuestos, eso hacía que los pueblos de esta ruta fueran prósperos (no tanto por los impuestos como por las fondas y tiendas que abrían sus puertas para atender a los viajeros); recorrer esta zona es descubrir los vestigios medievales de una zona que era entonces de las más prósperas de Alemania, por aquí se movía el oro blanco de la época...

Esta ruta suponía en la Edad Media un viaje en carro de unos 20 días, actualmente, al ser solo 100 kilómetros, puedes hacerla en tantos días como dispongas para disfrutar de un viaje inolvidable por el norte de Europa. ¿Cuáles son los lugares que no te puedes peder? a continuación te desvelamos lo más interesantes.

Por supuesto la propia ciudad de Lubeca por su casco antiguo y sus museos, se trata de hecho de un enclave Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; Luneburgo es otra de las ciudades que no puedes perderte por su casco antiguo y porque podrás visitar sus salinas, imperdible el Parque Natural del Brezal y sus 2000 ovejas y otros tantos corderos, los paisajes de este parque son realmente inolvidables y dignos de un álbum de fotos solo para ellos.

Parque Natural del Brezal
Parque Natural del Brezal | Pixabay

Más lugares: Luaenburgo y sus museos, la localidad de Mölln y la ciudad insular de Ratzeburgo además de Aumühle-Friedrichsruh y su bosque Sachsenwald, su jardín de mariposas y el museo de Bismarck.

Ten en cuenta además que cuando cruces el Elba, dejarás Hamburgo a tu izquierda y según avances en la ruta, Schwerin, la localidad en la que se conserva uno de los castillos más bonitos del mundo, a tu derecha (un par de desvíos que bien podrían merecer la pena ¿no crees?).

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