Las tartas típicas más deliciosas del planeta

Nos gusta viajar, es una forma de vida, pero también nos encanta comer. Hay mil maneras de conocer bien un país y de acercarse a sus gentes y, por supuesto, una de ellas es probar su gastronomía. Entrar en esos restaurantes típicos en los que comen los locales, alejarse de las cadenas de comida rápida y disfrutar de un mar de sabores completamente diferente al que solemos surcar. A veces tendremos que atrevernos con productos que nunca antes habíamos probado, pero recuerda que siempre merece la pena. Si te tiras a la piscina, regresarás a tu casa con la sensación de haber vivido tu viaje al máximo.

Para muchos, los reyes de la gastronomía son los postres y, más concretamente, las tartas. Por eso, hemos querido dar una vuelta a nuestro planeta, parándonos en aquellos lugares que poseen tartas típicas que todo el mundo debería probar al menos una vez en su vida. Ve abriendo tu estómago, porque ha llegado el momento de que te des un buen festín y disfrutes de esas tartas cuya fama no entiende de fronteras y cuyo sabor no entiende de límites. ¡Que aproveche!

Tarta Sacher (Austria)

La joya de la corona. ¿Quién no ha viajado a Austria y ha degustado esta maravillosa tarta? Fue creada a mediados del siglo XIX y sigue siendo uno de los grandes intereses turísticos del país, especialmente si hablamos de Viena, donde podrás probar la receta original. Básicamente se trata de una tarta con doble bizcocho de chocolate, rellena con mermelada de albaricoque y cubierta con un glaseado de chocolate negro. ¡Buenísima!

Red Velvet (Estados Unidos)

Otro de los clásicos. Aunque actualmente se puede comer en prácticamente todo el planeta, esta tarta, también conocida como Terciopelo Rojo, es originaria de Estados Unidos, país en el que podrás probar las mejores. Se trata de un pastel de chocolate tintado de color rojo, relleno y cubierto con queso crema glaseado. Uno de los más potentes que encontrarás, que no es apto para los que no son demasiado golosos.

Carrot Cake (Gran Bretaña)

También muy popular, pero de origen algo más dudoso y situado en la Edad Media. Hay quien asegura que la primera receta se dio en Reino Unido, pero lo cierto es que con el tiempo se ha extendido como la espuma. El bizcocho suele prepararse como un bizcocho común, pero añadiendo zanahoria triturada y frutos secos como las nueces. Se sirve glaseado con crema de queso y con más nueces.

Tarta Saint-Honoré (Francia)

Esta es una de esas tartas históricas que, para nuestra desgracia, no podemos encontrar con facilidad en nuestro país. Lo más curioso de este pastel originario de Francia es que está hecho de profiteroles, que son la base indiscutible de la tarta, los cuales se acompañan y se ligan con nata montada. Deliciosa, diferente y muy fresca. Si quieres probarla, lo mejor que puedes hacer es viajar al país vecino.

Tarta Dobos (Hungría)

Es muy probable que nunca antes hubieras escuchado hablar de esta tarta, pero te aseguramos que una vez la pruebes no podrás olvidarla. Surgió en Hungría en 1884, fecha en la que fue creada por Jozsef C. Dobos, quien como ves da nombre al postre. Esta tarta es básicamente una intercalación de capas de bizcocho esponjoso y crema de chocolate, que termina estando coronada por un baño de caramelo. ¡Perfecta para los más golosos!

Torta Balcarce (Argentina)

En Argentina, además del delicioso dulce de leche, también poseen recetas de tartas maravillosas, como la de la Torta o Postre Balcarce. Igual que ocurría con la anterior, aquí se intercalan capas de bizcocho con una crema de castañas con almíbar en la que se utilizan productos como el queso ricotta y, por supuesto, el ya mencionado dulce de leche, que le da un toque especial.

Tarta Selva Negra (Alemania)

Originaria de la región alemana conocida como Selva Negra, esta tarta se creó tratando de representar precisamente esta zona y ha terminado siendo una de las más famosas del mundo. Está compuesta por bizcochos de chocolate empapados en kirsch, nata montada y mermelada de cerezas del entorno. Además, está cubierta con chocolate, virutas de chocolate y estas características cerezas.

Kransekake (Noruega)

Esta es, quizá, una de las tartas más curiosas que conocemos. Olvídate del bizcocho esponjoso, el sabor de la Kransekake noruega es mucho más cercano al del mazapán. Elaborada con almendra, azúcar y clara de huevo, se suele organizar en una especie de anillos que se van superponiendo unos encima de otros. Dependiendo de la ocasión para la que se realice, puede rellenarse con dulces y bombones.

Tarta de Santiago (España)

Y, para cerrar, no podía faltarnos una de nuestras tartas más deliciosas, la Tarta de Santiago. Típica de la gastronomía gallega, esta tarta está elaborada tan solo con almendras, que son pulverizadas y mezcladas con huevo y con azúcar. Su presentación llama mucho atención, ya que está recubierta con un baño de azúcar fino, dejando el dibujo de la Cruz de Santiago perfectamente reconocible.