Síndromes viajeros
5 síndromes viajeros que puedes sufrir durante tus vacaciones
A veces, nuestro cuerpo y nuestra mente nos sorprenden respondiendo de maneras algo extrañas a los estímulos. Sin ir más lejos, ¿has oído hablar de los síndromes viajeros? Puede que hayas tenido síntomas de alguno de ellos y ni siquiera lo sepas. Entra y descúbrelos con nosotros.
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Planeamos nuestros viajes con enorme ilusión, nos informamos de lo que veremos en nuestros destinos, pensamos en cada paso que vamos a dar allí, para no perdernos nada. De esta manera, vamos generando una serie de expectativas que muchas veces no se corresponden con la realidad y que pueden provocar que cuando lleguemos nos llevemos una desilusión o sintamos que el contraste con lo que habíamos imaginado es demasiado grande. Aunque también puede ocurrir todo lo contrario. Es posible que cuando pisemos por primera vez nuestro destino nos enamore y nos deslumbre más de lo que habíamos pensado. Nunca se sabe.
Y es que las ciudades, por ejemplo, también tienen un efecto en nosotros. Más allá de gustarnos o no, hay algunas que pueden tener una enorme influencia en los viajeros, causando en ellos algunos síndromes viajeros que quizá no hayas escuchado nunca. Alucinaciones, depresión, mareos… De todo un poco. Y todo ello provocado por el propio destino, un lugar que en teoría no tiene vida pero que, aunque parezca mentira, puede transformarnos por completo.
¿Te gustaría conocer algunos de estos síndromes viajeros y comprobar si tú también los has experimentado sin darte cuenta? Aquí te dejamos los más comunes, aquellos que viven bastantes turistas y que pueden, incluso, cambiar por completo sus vidas.
Síndrome de Stendhal
También es conocido como Síndrome de Florencia, así que imaginarás cuál es el lugar del mundo en el que se originó y en el que más casos se dan. Se trata de una enfermedad psicosomática que puede provocarnos elevado ritmo cardíaco, palpitaciones, vértigo, mareos, confusión, temblores e incluso depresiones y alucinaciones. Todo ello ocurre cuando nos exponemos a una belleza extrema o a un gran número de obras de arte, igualmente bellas, y todas en un mismo lugar. Precisamente por eso, Florencia es la reina de este síndrome.
Síndrome de Jerusalén
Este es, quizá, uno de los síndromes más curiosos y raros que encontrarás. Como bien sabrás, Jerusalén es la ciudad más importante para los cristianos, esa ciudad santa a la que viajar para sentirse más cerca de su fe. Pues bien, hay quien cuando la pisa sufre una identificación extrema con un personaje de la Biblia, ya sea del Antiguo Testamento o del Nuevo. Estas personas no sólo se identifican con ellos, sino que empiezan a actuar como ellos, ofreciendo curaciones milagrosas y predicando por las calles. Un trastorno psicológico que puede llevarte incluso a ser internado.
Síndrome de París
ste síndrome se da, sobre todo, en viajeros japoneses. Cuando llegan a París, las expectativas que tenían en su mente distan bastante de la realidad que se encuentran. Es entonces cuando sufren una crisis nerviosa, provocada por el rechazo al estilo de vida de la ciudad, que puede llegar a provocarles síntomas de todo tipo. De hecho, muchos suelen tener que ser ingresados en un hospital para ser tratados y superar la crisis, viajando después directamente de vuelta a Japón.
Síndrome de la muerte en Venecia
Venecia es una de las ciudades más admiradas en la distancia por los viajeros de todos los rincones del planeta. Pero una vez llegan a la ciudad de los canales, algunos sufren una sensación de melancolía enorme. No se sabe muy bien la causa, pero su belleza, su aura, su ambiente provoca este tipo de sentimientos en algunos turistas, que desarrollan rápidamente una enorme depresión que, en algunos casos, puede llevarles a saltar desde el Puente Rialto o desde sus hoteles a los canales, en un acto suicida.
Síndrome del viajero eterno
Seguro que este síndrome es uno de los más padecidos, sin siquiera saberlo. Se da en aquellos que nunca se sienten en casa, que siempre tienen la sensación de no pertenecer al sitio en el que se encuentran y que, por tanto, tienen la necesidad continuar de viajar de una punta del mundo a la otra.
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