CULTURA CLÁSICA

La playa de Girona que conquistó a los griegos y a los romanos y que está abierta al público

Pocas playas en el mundo permiten a sus bañistas disfrutar del mar y, al mismo tiempo, de ruinas griegas y romanas. Algo que hace de la costa de Girona un lugar muy especial.

Empúries, en L'Escala, Girona

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Las playas de la Costa Brava suponen un derroche de belleza y disfrute veraniego para quienes las pisan. Sin embargo, en Girona hay un lugar muy especial en el que se compagina la diversión del mar con la cultura clásica en todo su esplendor.

L'Escala es un pueblo que reserva a sus visitantes un entorno arqueológico único. Allí se descubrieron Emporion y Emporiae, una ciudad griega y otra romana que compartían asentamiento. Mientras que la primera data del siglo VI a.C., la segunda se fundó en el siglo I a.C. para dar paso al yacimiento que hoy se conoce como Empúries. Las excavaciones comenzaron en 1908 y más de un siglo después se presupone que todavía no han visto la luz ni la mitad de los restos.

Pero este lugar no es solo parte del Patrimonio Cultural de la Generalitat, sino que también presenta la ocasión perfecta para darse un baño en la Costa Brava. Y es que junto a Empúries se encuentra la playa Les Muscleres. Una costa de arena cobijada por la sombra un pinar que sirve de barrera entre el Mediterráneo y los yacimientos grecorromanos.

Un gran número de personas visita Les Muscleres cada año para disfrutar del sol o de actividades acuáticas como el snorkel. Además, allí se pueden apreciar enormes cantidades de mejillones que habitan impasibles en sus rocas (a fin de cuentas, "musclo" es mejillón en catalán).

Por otro lado, la playa no es más que una de las muchas que componen el litoral de L'Escala. Por eso, aprovechando el viaje a Empúries y Les Muscleres, muchos recorren la costa para llegar a otros enclaves como la playa del Convent o la de Portitxol.

Así pues, en L'Escala reina el contraste entre la cultura clásica y la belleza natural de la Costa Brava. Visitar Empúries implica empaparse del pasado para disfrutar de un presente vacacional único, sintiéndose como los pescadores griegos y romanos que dominaron la península más de dos milenos atrás.

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