LEYENDA
La isla en forma de delfín donde nacieron las leyendas de las sirenas del Mediterráneo
Li Galli es un pequeño archipiélago del mar Tirreno que esconde fascinantes leyendas entre sus aguas. En él destaca una isla con forma de delfín, un lugar donde la mitología se palpa entre la tierra y el mar, y donde, según cuenta la tradición, las sirenas intentaron seducir a Ulises con su canto durante su viaje de regreso a Ítaca.

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La Costa Amalfitana es reconocida en todo el mundo por su belleza incomparable, sus acantilados bañados por el azul del Tirreno, sus limones dorados y sus pueblos con encanto como Amalfi, Positano, Ravello o Atrani. Pero entre todos sus tesoros también se encuentra Il Gallo Lungo, la isla más famosa del archipiélago de Li Galli, un rincón tan especial como misterioso que, según la leyenda, fue el escenario del canto de sirenas.
¿Crees en las antiguas leyendas del mar?
El archipiélago de Li Galli se encuentra frente a la costa de Positano, en pleno mar Tirreno, y está formado por tres pequeñas islas: La Rotonda, Dei Briganti e Il Gallo Lungo. Esta última, con su inconfundible forma de delfín, es la más grande y conocida del conjunto. Un lugar que despierta la curiosidad de los viajeros y el interés de quienes creen en la presencia de las sirenas y sienten fascinación por la mitología griega.
El archipiélago de Li Galli guarda antiguas leyendas que se remontan a la Grecia clásica. Se decía que las sirenas, criaturas mitológicas con su canto intentaron seducir a Ulises durante su regreso a Ítaca, según relata La Odisea de Homero. Sus voces hechizaban a los marineros, pero Ulises logró resistirse atándose al mástil de su barco. Al verse vencidas, las sirenas se arrojaron al mar y se transformaron en piedra, dando origen, según la leyenda, al misterioso archipiélago que hoy emerge frente a la Costa Amalfitana.
Mucho tiempo después, esta isla también fue reconocida por los humanos y no solo por los dioses mitológicos. En los años 80, el bailarín y coreógrafo ruso Rudolf Nureyev se enamoró perdidamente de Li Galli y decidió convertirla en su refugio, un lugar donde el arte, la naturaleza y la mitología parecían fundirse en perfecta armonía. Hoy en día, el archipiélago sigue siendo un destino exclusivo, accesible solo para unos pocos afortunados que pueden disfrutar de sus aguas cristalinas y de las leyendas que aun están presentes sus olas.
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