NATURALEZA
Hallerbos, un bosque de cuento de hadas en Bélgica
A principios de mayo, a un paso de la ciudad de Halle, miles de jacintos tiñen de azul y morado un pequeño bosque, formando un paisaje onírico y diferente.
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El mes de mayo es muy especial en la ciudad belga de Halle. Empieza a notarse por fin que ya estamos en primavera, con días cada vez más largos y temperaturas que, ahora sí, comienzan a subir un poco y la propia naturaleza parece querer saludar también al buen tiempo. Lo hace de la forma más majestuosa que sabe: con las flores. En este caso, con un mar de jacintos azulados y ajos de oso, los que tapizan de morado un pequeño bosque a las afueras de la ciudad que, en esta época, parece un auténtico bosque encantado.
Se le ha bautizado como Hallerbos (que en flamenco significa, literalmente, ‘el bosque de Halle’) y apenas tiene 552 hectáreas de superficie. Eso sí, todas quedan completamente decoradas de intenso color azul (más cercano al cobalto o al morado según la percepción y la luz), excepto los senderos habilitados para que muchos curiosos, amantes de la fotografía y parejas de enamorados puedas pasear y recorrer un marco de ensueño.
El jacinto de los bosques, también conocido como ‘bluebell’, es típico de los países del norte y centro de Europa, creciendo especialmente en primavera. Con un tallo que alcanza los 13 centímetros, no es extraño que acabe dominando sobre el resto de hierbas del suelo. Además, hay que sumar que su flor, en forma de campaña ligeramente inclinada, perfume el ambiente con un aroma muy característico y agradable.
Al encontrarse a apenas 25 kilómetros de Bruselas, no es complicado llegar hasta allí. Es un bosque abierto al público durante los doce meses del año, aunque es lógicamente ahora cuando más afluencia de público tiene. Se puede llegar en coche, pero también en tren, en un viaje que apenas dura 15 minutos entre las estaciones centrales de la capital y Halle (el billete cuesta 3 €). Luego, desde la ciudad, bastaría con tomar un transporte público o caminar tranquilamente. Si se escoge por un paseo, apenas nos llevará otros 15 minutos.
Si tenemos suerte, podremos ver en nuestros paseos a algunos ciervos, que son los animales más llamativos de los que pueblan el bosque y los alrededores. También será posible ver algunos conejos, pequeños reptiles y aves. Además, cuenta con un pequeño museo en el que explican todo acerca de la naturaleza y ecosistema de Hallerbos, así como es el punto de partida de algunas de las rutas, cuyo mapa se puede conseguir allí o en la Oficina de Turismo de Halle.
Las rutas se pueden hacer andando o en bici y las hay de todo tipo de longitud y dificultad. Algunas pensadas para niños y personas con problemas de movilidad, recorren algo menos de dos kilómetros. Por otro lado, la Roebuck Walk se extiende por 7 kilómetros y recorre tres de los cuatro valles de la zona.
Tras la excursión, nada como aprovechar para recorrer el centro histórico de Halle. Especialmente su Gran Plaza que, como ocurre en Bruselas, es el centro neurálgico de la ciudad y la que integra a los principales edificios del municipio. Aquí ya se asentaban humanos en la Edad de Hierro, aunque fue durante la Edad Media cuando más floreció, con la construcción del hospital medieval de San Eligio.
Otros puntos a destacar en la visita son la Basílica de San Martín, de estilo gótico y que fue destino de peregrinaje durante los siglos XIV y XV por albergar la imagen famosa de la Virgen negra, la misma a la que Carlos I veneró antes de acudir a España para ser coronado Emperador; el antiguo Ayuntamiento de 1616 en el Grote Markt, de estilo renacentista flamenco; el antiguo colegio de jesuitas, renacentista, de 1650, con una puerta barroca; y el museo de Brabante Suroccidental.
Una escapada perfecta para toda la familia si se está pasando unos días de descanso, o incluso de trabajo, porque no lleva muchas horas, en Bruselas.
Enlaces
Bosque de Hallerbos
Turismo de Halle
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