En el pasado ya se sabía que Uber había utilizado un 'software' espía para controlar a las autoridades; no obstante, gracias a la investigación de Uber Files se ha descubierto que además, esta tecnología fue utilizada también en España. Greyball es su nombre. Una vez se descargaba alguien la aplicación también se descargaba "un código pirata" que era capaz de identificar si el móvil en cuestión pertenecía a un agente de autoridad (policía, fiscal...) o un taxista, de modo que al solicitar un coche de Uber en la 'app' no aparecía ninguno. De este modo, se dificulta la investigación.

En España se utilizó concretamente en el aeropuerto, "durante meses", y Uber ha reconocido que lo hizo para "evitar multas y denuncias por parte de los taxistas". Con el uso de esta herramienta se impedía a los taxistas que localizaran conductores de Uber para luego comunicarlo a la Policía o llevar a los vehículos a las 'trampas' policiales. Un ejemplo se puede ver en Estados Unidos, donde un agente explicaba cómo lo que él veía era una versión falsa de la aplicación, que mostraba vehículos que realmente no están. A un inspector en Países Bajos le ocurrió lo mismo: le mostraba que no había conductores disponibles, aunque éste fue capaz de ver la 'realidad' al utilizar su teléfono móvil personal.

Mientras en España se venía utilizando la aplicación en las inmediaciones del aeropuerto, en otros países como Dinamarca o Bélgica se hacía alrededor de comisarías, mientras que en Bruselas consiguieron engañar a las autoridades de Comercio, vigilándolos en todo momento. Uber ha admitido que la única manera que tenían de evitar que los coches de Uber fueran detenidos por la Policía. Lo que no se sabe todavía es si Uber dejó de utilizar esta tecnología y, en caso de haberlo hecho, en qué momento.

Cómo Uber ha usado Greyball en el mundo

Una investigación publicada por el diario estadounidense 'The New York Times' reprodujo el funcionamiento de la herramienta:

1. Cuando Uber empezaba a operar en una ciudad, elegía a un gerente para detectar a los agentes de la autoridad de la misma.

2. Una de las técnicas era dibujar un perímetro digital (geodefensa) en torno a los lugares escogidos (oficinas gubernamentales, por ejemplo), en un mapa digital de la ciudad para que Uber pudiera monitorizarlo. La compañía observó que un número de personas abrían y cerraban la aplicación frecuentemente —un proceso conocido como 'observación'—, por lo que esos usuarios eran considerados agentes de la autoridad.

3. Otra de las técnicas suponía revisar la información de la tarjeta de crédito de los usuarios, y determinar si ésta estaba directamente vinculada a una institución bancaria relacionada con las fuerzas de la autoridad.

4. Otra técnica era ir a tiendas de móviles y buscar los números de los dispositivos más baratos, que a menudo son los que compran los agentes de la autoridad para operaciones encubiertas, con los que crean diferentes cuentas.

5. Con todos estos indicadores, Uber tenía una selección de usuarios que podrían ser agentes o funcionarios de la ciudad.

6. Una vez clasificados, se trataba de identificar a cada uno, a través de perfiles de redes sociales u otra información disponible en Internet. Si finalmente eran identificados como agentes, se los marcaba con una bola de color gris (de ahí el nombre de Greyball), un marcado de código y una cadena de números.

7. Si uno de estos etiquetados como Greyball pedía un coche de Uber, la aplicación era capaz de codificar una serie de 'coches fantasma' para que esa persona los viera o, en otro caso, mostraba que no había conductores disponibles.