“El elegido”, así es como se hacen llamar estos hombres, todos de diferentes países, que dicen sentirse "hijos de Dios" y haber dedicado toda su vida a proclamar su palabra.

El fotógrafo noruego Jonas Bendikse decidió comenzar este proyecto para ampliar sus conocimientos sobre la religión, abundar en la figura de Jesús y de algún modo, comunicarse con él.

El resultado no deja a nadie indiferente: de hecho, son muchos los que se burlan tanto de estos ‘mesías’ como del fotógrafo, ridiculizando un trabajo que le ha llevado tres años y con el que ha recorrido todo el mundo.

Sin embargo, tras trabajar con ellos, Bendiksen se dio cuenta de que ninguno de ellos trataba de manipular a quienes les seguían: realmente todos sentían ser los elegidos.