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TAMBIÉN TIENEN SUS DETRACTORES

Gansos Rosas, Ni Foo ni Fighters, Iron Mad: así es tocar en una banda tributo

Las bandas que emulan a otras bandas, tanto en el sonido como en la puesta en escena e incluso la imagen, se han consolidado en los últimos años. Hablamos con los músicos, las agencias especializadas en bandas tributo y con los que critican esta forma de entender la música en directo.

-Bessa, banda tributo a Kiss

Bessa, banda tributo a KissAgencias

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Surgieron como una manera de llevar al directo espectáculos difícilmente accesibles de otra manera, bien por lo elevado del precio sus entradas, bien por las contadas ocasiones para verlos sobre un escenario. También, claro está, por la desaparición de alguno de sus miembros. ¿Te quedaste sin ver a Nirvana? ¿No te llega el sueldo para la entrada de AC DC? Que no cunda el pánico: hay un premio de consolación.

Hoy, las bandas tributo están en cada esquina. Cualquier gran ciudad que se precie cuenta, casi cada semana, con un concierto protagonizado por imitadores de las grandes figuras del pop o el rock. Y la gente, elemento indispensable para que cualquier espectáculo funcione, responde con entusiasmo.

Bandas Tributo - Amaral
Bandas Tributo - Amaral | Agencias

El resultado es la buena salud de un circuito dedicado exclusivamente a este mundillo. Hay agencias y promotoras especializadas en bandas tributo. Hay festivales cuyo cartel se confecciona únicamente con bandas tributo. Y hay, cómo no, infinidad de músicos que emulan a las grandes estrellas del rock, el popa o cualquier otro género en bandas tributo. Una manera más sencilla de ganar dinero con la música que cuando se intenta hacerlo con tus propias canciones.

“Las bandas tributo están en auge”, opina Manuel González Alcalá, Director Comercial de la agencia La Factoría del Show, empresa que tiene en nómina a más de 400 bandas tributo en todos los estilos: desde los que emulan a grandes del rock con nombres tan ocurrentes como Iron Mad, Los Parpel, Red Hot Chili Tribu o Victims of a Down hasta los que imitan a los de aquí, como Paco de Lucía, Joaquín Sabina o Pablo Alborán.También orquestas, charangas, batucadas, DJs y hasta mariachis.

“La clave del éxito está en lo económico: no puedo permitirme el lujo de ver al artista original, o de contratarlo para mi fiesta, pero sí tengo presupuesto para una banda tributo”. Todos ganan. “Es un buen negocio para el artista, que se ha tenido que reciclar y especializar, mejorando así la calidad de lo que hace. El músico intentan imitar a los artistas que admira, evitando así tener que interpretar mil estilos diferentes, como ocurre con las orquestas. Y es también un buen negocio para las empresas de eventos, que amplían el mercado y las opciones para sus clientes”.

¿Y el público? ¿Qué tipo de personas demandan un espectáculo como este? Hay de todo. “La gente te sorprende”, apunta Manuel. “Se piden bandas tributo para salas de fiestas, o como teloneros en los conciertos y en festivales de música o fiestas populares. Pero pueden pedirlo incluso para una boda”.

En la piel de Axl Rose

Gansos Rosas es como cualquier otra banda de rock”, explica Jorge Bentura, guitarrista de la que, en su día, fue calificada como “la mejor banda tributo a Guns n Roses de toda Europa” por el batería original de la banda, Steve Adler.

“Entre el público tenemos al fan de Guns n Roses, que viene con sus 30, 40 o 50 años y lo flipa. Pero también hay nuevas generaciones que no pueden acceder a ver a su banda favorita y tienen esta forma de poder escuchar en directo sus canciones”.

 

“¿El dinero? Si nos dedicásemos 100% a Gansos Rosas podríamos vivir de ello. Nos va bien, aunque conservamos nuestros trabajos”, reconoce Bentura. “¿Que si echamos de menos ganarnos la vida con nuestras propias canciones? Por supuesto, pero es lo que nos ha tocado. Aunque debo decir que cuando pusimos en marcha Gansos Rosas hace 12 años fue por diversión: no pensábamos en ello como un negocio. De hecho, hoy en día gracias a tener Gansos Rosas me puedo permitir tener una banda con temas propios e invertir en ella”.

Con menos años de experiencia en esto de subirse al escenario para imitar a otros, Ni Foo ni Fighters pueden presumir de tener uno de los nombres más hilarantes jamás creados para una banda tributo. Cinco jóvenes de Madrid devotos de la banda de Dave Grohl que, como Gansos Rosas, han visto en la banda tributo una vía de ingresos.

“Desgracidamente es así”, cuenta Juan, uno de sus guitarristas. “Sacar adelante un proyecto propio es un esfuerzo descomunal a día de hoy. Solemos compaginar las dos cosas para alimentar los proyectos propios con tributos u otros formatos con los que los resultados económicos son más sencillos”. ¿De cuánto dinero estamos hablando? En su caso, “lo justo para que merezca la pena el despliegue de medios que requiere un concierto”.

¿Conformarse con la copia?

Pero, ¿qué opinan de las bandas tributo los grandes melómanos? Julio Ruiz, director del veterano programa Disco Grande, de Radio 3, tiene una opinión clara. Y no se muerde la lengua. “El concepto me parece un horror. Si te has quedado (o no puedes) ver a tu artista favorito, no se puede uno conformar con una copia, por muy profesional que sea o por mucho que se meta en el papel el músico de turno”, asevera.

Ruiz cuenta su caso personal. “Yo no pude ver a los Beatles en la Plaza de Toros de las Ventas porque era un niño, y me apaño con haber visto a Mccartney. Y ahora, en unas semanas, voy a ver a Ringo Starr. ¡Qué se le va a hacer! No tengo nada en contra de que los músicos se ganen la vida como puedan, pero las bandas tributo son un ejemplo perfecto de despersonalización de la música”.

Como es lógico, los aludidos discrepan. “Una banda tributo no es una simple copia”, apunta Manuel. “No son cuatro aficionados que lo hacen por amor al arte, sino gente muy profesional para la que esto es un modo de vida. Hay momentos en los que, si cierras los ojos, te parece estar escuchando al original. Además es una forma de acercar la música en directo a los que tienen menos recursos, que pueden mantener así la buena costumbre de escuchar música no enlatada, en directo y de calidad”.

The Loords
The Loords | Agencias

Juan, de Ni Foo Ni Fighters, también apunta en dirección contraria. “Se trata de experiencias muy diferentes, y para nada comparables. El objetivo principal del tributo es juntar a los seguidores de la banda original y pasar un buen rato”. Nada más. Y nada menos.

Un paso más allá, Jorge de Gansos Rosas hace una curiosa analogía: “Imagínate que alguien te dice: ‘Me gusta Beethoven, pero como ya no puedo verlo en directo no sentido ver a una orquesta tocando sus temas’. Esto es lo mismo: la buena música se tiene que mantener viva y, sobre todo, tocarse en vivo para que la gente pueda disfrutar”.

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