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CUADERNOS, SMARTPHONES Y VICEVERSA

Así hubieran sido las Stories de Ana Frank si hubiese tenido Instagram durante el Holocausto nazi

Eva Heyman, la Ana Frank húngara, fue una de las millones de víctimas del genocidio nazi. El proyecto 'Historias de Eva' (#EvaStories) recrea, a través de Stories, y sirviéndose del lenguaje Instagram, su experiencia y su trágico y terrible final en una de las cámaras de gas de Auschwitz en 1944.

-#EvaStories

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'He vivido tan poco', así es como se titula el diario que escribió Eva Heyman antes de ser asesinada por los nazis en 1944, sólo tenía 13 años. Con sólo un par de líneas es fácil comparar la historia de Eva con la de Ana Frank, de hecho, a Eva la llaman la Ana Frank húngara. 2 historias paralelas y 2 muertes paralelas, en este sentido no hay spoilers.

Eva Heyman, al contrario que Ana Frank, no escribió su diario durante 2 años oculta en una buhardilla. Eva no se ocultaba, iba al colegio, se juntaba con sus amigas y hacía una vida normal. Eva escribió su diario en apenas 3 meses y medio, el tiempo que tardaron los nazis en llevar a cabo su proceso de destrucción y deshumanización. Eva y Ana fueron 2 de las miles de chicas y chicos que siempre iban acompañados por su cuaderno durante la pesadilla Nacionalsocialista. Hojas y hojas en las que derramaron todas sus lágrimas y todos sus miedos a través de tinta.

Unos cuadernos no muy distintos a los smartphones de hoy. Si el Holocausto tuviese lugar ahora mismo la red se colapsaría de vídeos, streamings y descargas. Vídeos que son el equivalente a todas esas páginas que escribieron Eva, Ana y todas aquellas chicas y chicos. Sólo cambia el medio. Lo analógico por lo tecnológico. Las páginas por los vídeos. Pero las lágrimas y el miedo son atemporales.

Todos esos miles de diarios que no se han encontrado o que no se han publicado son como stories, se escribieron y desaparecieron, mera fugacidad. Pero afortunadamente estos 2 permanecerán inmortales y sobrevivirán al paso del tiempo, no sólo como obras literarias sino también como testigos del mal absoluto. El mal en estado puro, sin ambages.

La Shoah, que es el término hebreo usado para referirse al Holocausto, es uno de los hechos históricos más lamentables, terribles e irreversibles de los últimos siglos. A través de eventos, películas, libros, etc, ha sido reivindicado como un acontecimiento indeleble al paso del tiempo y como un acto de reflexión colectiva que sirva para que algo así no vuelva a repetirse. Muchos de estos intentos se pierden por el camino, pero otros, muchos ya estarán pensando en 'La lista de Schindler' o en 'El pianista', llegan a buen puerto.

La bibliografía y filmografía sobre el exterminio judío es muy amplia, y aunque 'He vivido tan poco' es una lectura altamente recomendable para adolescentes que pronto empatizarán con las trágicas experiencias narradas por Eva Heyman, Mati Kochavi, un magnate israelí de las tecnologías, y su hija Maya, han decidido traducir el libro al lenguaje del siglo XXI.

El resultado es ‘Historias de Eva’ o #EvaStories. Una niña que hace las veces de Eva Heyman, a modo de diario, a través de 70 episodios, es decir, 70 piezas grabadas con un móvil y publicadas en Instagram Stories, nos cuenta su particular visión del horror nazi y sus inimaginables consecuencias durante aquellos fatídicos 3 meses y medio.

Estamos hablando de un proyecto de 4,5 millones de euros y de un equipo de rodaje de 400 personas durante 3 semanas en Ucrania. "Solo el 2,7% de lo que se habla hoy sobre la Shoah en Europa y Estados Unidos proviene de los jóvenes. Uno de nuestros objetivos es aumentar la conciencia y el conocimiento de los más jóvenes, sean judíos o no, sobre la Shoah, y las redes sociales son el mejor camino para llegar a las generaciones más jóvenes", afirma Kochavi.

Pero pese a todo, esta no ha sido una iniciativa impermeable a las críticas, y lo que muchos han visto no es otra cosa que a una niña de papá haciéndose selfies, un montón de tanques detrás y una performance frívola que de alguna manera insulta a la memoria de todas las víctimas de Hitler.

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