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¿Quién está matando a los moñecos?

Los teleñecos drogadictos y con venéreas: la peli de marionetas de Peter Jackson

El estreno de ‘¿Quién está matando a los moñecos?’ junta a una humana y una marioneta que investigan quién está asesinando brutalmente al antiguo elenco de un exitoso programa de muñecos de los años 80. Temas adultos para confrontar el hecho de que los teleñecos siempre han sido un clásico infantil que ahora se ofrece como una comedia negra escandalosa solo para adultos. Aprovechamos para reivindicar la segunda película del director de ‘El señor de los anillos’, que utilizaba un concepto similar, pero subiendo la apuesta a coprofagia, violaciones y ultragore.

-Feebles

FeeblesAgencias

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Todos conocemos a trilogía que cambió el cine comercial en la década de los 2000. Seguramente te acuerdes de la gente repitiendo sesión para volver a ver a los Hobbits recorriendo la tierra media para dejar el anillo único en Mordor. Las lágrimas, las hostias, los ejércitos y los dragones, los tres finales de ‘El Retorno del Rey’, los ojos llorosos de Elijah Wood y el “¡no puedes pasar!” de Gandalf. Tanta épica cinematográfica con responsabilidad compartida entre Tolkien y un neozelandés singular y poco habitual en la industria: Peter Jackson.

 

Antes siquiera de plantearse esa empresa faraónica, el director era muy admirado en los pequeños circuitos del género gracias a sus primeros trabajos. Era, mayormente, un titán del fantástico y la comedia gore de terror. Cuando era muy joven creó culto en Nueva Zelanda con esa comedia splatter sin apenas presupuesto que era ‘Mal Gusto’. Fue allá por 1988, y le llevó cuatro años de fines de semana y tiempo libre invertido en su rodaje. Su odisea de alienígenas, acción y charcutería fina le puso en el ojo del huracán en su tierra y le alineó con otros enfant terribles del momento como Sam Raimi.

 

‘El maravilloso mundo de los Feebles’ fue su segunda película, y gracias a ‘Mal Gusto’ se pudo hacer con un presupuesto más sustancial. La idea era lo suficientemente loca como para que invertir dinero en ella fuera algo kamikaze, pero la colisión conceptual entre ‘El Show de los teleñecos’ (1977-81) y el John Waters de ‘Pink Flamingos’ (1972) también requería dinero para marionetas, manejo y efectos especiales. La mayoría de presupuesto invertido en ella se fue en crear WETA, la empresa de efectos que se encargaría de realizar todo en ‘El Señor de los anillos’ y ahora se encarga de los efectos nada menos que de películas como ‘Vengadores: Infinity War’.

El punto de partida de los Feebles pudo haber sido una vieja broma sobre cómo la rana Gustavo y Peggy podrían haber consumado su relación y el resultado de sexo entre especies era una idea lo suficientemente bizarra como para imaginar toda una mirada al lado más sórdido de Los teleñecos. Todos los chistes y preguntas del tipo ¿Y si? Que a uno se le puedan imaginar viendo el programa de Jim Henson, encontraban su respuesta materializadas en este brillante alegato contra la moralidad de Peter Jackson.

 

El largomentraje es, básicamente, un hilvanado alucinante de escenas con animales que hablan de temas adultos en medio de orgías, rodando películas pornográficas y tomando drogas. El aspecto del sexo animal interespecie adquiere una lógica de dibujo animado, pero no deja de ser brutal. Un elefante y un pollo, una morsa gigante y un gatito… Sí amigos, el universo salvaje de ‘Bojack Horseman’ ya había sido trazado treinta años antes por Peter Jackson.

El director está determinado a provocar y empujar los límites del buen gusto hasta donde le es posible. Vómitos, enemas anales, eyaculaciones nasales, moscas devoradoras de mierda, exudados de esperma, juguetes llenos de orina a alta presión, grupies llenas de vómito. Con razón estuvo prohibida varios años antes de lanzarse en los Estados Unidos.

Todos esos momentos están hechos con humor negro y se hilvanan en un clímax memorable, por ello, incluso siendo tan salvaje, hay algunos momentos obscenos francamente inspirados, como el viaje en coche a través del tracto intestinal de un pulpo gigante, un puñado de canciones y bailes sobre las alegrías de la sodomía ornamentadas con suicidios que ahora nos recuerdan a atentados y penes que explotan.

El momento más bizarro es una parodia muy divertida de ‘El cazador’ (1986) y la Guerra de Vietnam. Con más éxito o menos, los Feebles es una de esas experiencias que, si entras en el juego y su sentido del humor, puedes llegar a amar, pero es muy fácil odiar su chabacanería a veces pueril. Lo cierto es que de cualquier manera, verla después de la etérea ‘Criaturas celestiales’ (1994) o ‘King Kong’ (2005) es una prueba de cordura alucinante. ¿En serio este tío hizo estas películas?

 

Por ello, ‘¿Quién está matando a los moñecos?’ está lejos de ser la primera vez que un grupo de cineastas ha visto el potencial cómico de poner lenguaje muy adulto en boca de marionetas o de investigar lo que sucede en la tierra de los teleñecos una vez que los niños se van a la cama. Incluso antes de ‘El maravilloso mundo de los Feebles’, el propio Jim Henson vio el potencial de la idea. La primera temporada de ‘Saturday Night Live’, en 1975 contó con un grupo de Muppets fumetas cantando con Lily Tomlin, y el episodio piloto de ‘Los teleñecos’ se tituló ‘Sexo y Violencia’, aunque no tenía nada de ello en su contenido.

 

El musical Avenueway Q de Broadway exploró temas adultos más realistas con marionetas y artistas en el escenario. Más recientemente, la compañía Henson ha producido cuatro temporadas de un programa de parodia, ‘No, You Shut Up’, en el cual al anfitrión humano Paul F. Tompkins se une una variedad de invitados, ocasionalmente de felpa que no se cortan con las palabrotas.

Pero, a decir verdad, en cuanto a obscenidad y diversión es difícil imaginar algo más delirante que la obra de Jackson, que pone toda la carne en el asador incluso desde un punto de vista técnico, con un trabajo impresionante de puesta en escena de secuencias de acción que extienden los límites del espectáculo de marionetas ordinario.

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