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LA SAGA 'JOHN WICK: PACTO DE SANGRE' LO CONVIERTE EN EL NUEVO CHARLES BRONSON

Espectadores, Keanu Reeves ha resucitado

Se estrena ‘John Wick: pacto de sangre’, la segunda entrega de la sangrienta historia de venganza que ha convertido al protagonista de la saga Matrix en el nuevo Charles Bronson. Analizamos el fenómeno que le ha dado una segunda oportunidad a la carrera y ha creado todo un seguimiento de culto que va en aumento, especialmente tras el éxito de esta nueva secuela.

-John Wick

John WickAgencias

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Saque usted a la luz a un actor cuyos días de gloria y mayor popularidad está bajo mínimos con un traje de Armani, póngale unas pistolas y barba de tres días. Añada mafiosos, luces de lupanar, mucha violencia y ya tiene un éxito del cine de acción de bajo presupuesto que no hace más que crecer.

La carrera del pobre Keanu Reeves se fue apagando tras su encarnación del Jesucristo digital Neo en la saga ‘ Matrix ’. Sus apariciones en blockbusters de poco éxito como ‘47 Ronin’.

O su desapercibido paso por la silla de director en ‘El poder del Tai Chi’ le fueron relegando a una presencia en producciones de presupuestos más comedidos, películas de género y de estreno limitado o directo a plataformas digitales. Y es uno de esos proyectos pequeños el que funciona como puerta del sótano desde la que se ha vuelto a asomar a las pantallas de los multicines.

La primera película ni siquiera tuvo una presencia en España y el éxito ha hecho que las distribuidoras reculen ante la robustez presupuestaria de la segunda parte, una apuesta que da como resultado una de los no muy numerosos ejemplos de continuación muy superior al original.

Más que un éxito, una revelación que el bola del boca oreja online fue creando una bola fuera de lo común que en realidad no era tal. Tras una oleada de películas sobre criminales de onda post-tarantiniana a través de gente como Joe Carnahan o Guy Ritchie o Matthew Vaughn, ‘John Wick’ sabe un poco a una versión simplificada, casi al máximo, de aquel tipo de cine.

Con un aire a aquellas venganzas personales de ‘El justiciero de la ciudad’ mezclado con el estilo ‘gunfu’ de John Woo y algo de los códigos de honor Yakuza del cine criminal japonés, la película cayó muy bien entre los aficionados al cine de acción.

Ya sea por la recuperación de Keanu como asesino o por lo comiquero de la propuesta, se aceptó de buen grado la premisa inicial. Si hay algo de lo que es prioritario hablar sobre Wick es de su premisa. Bien, todos sabemos que Wick es una máquina de matar y que su venganza es terrible, pero ¿de qué se está vengando? Simple.

Busca vengar la muerte de su perrito

Todo ese infierno de sangre, sesos desparramados y balas, es la avalancha resultante del asesinato de su perrito. Sí, señores, en la época de los interminables gifs de animalitos la muerte de tu esposa e hija ya no valen. Lo que realmente pica, lo que realmente habla a toda una generación es la muerte del cachorrito de John Wick a manos de un despiadado mafioso ruso. Parece una parodia del cine de vigilantes del Saturday Night Live con Keanu como invitado, pero no. La cosa iba en serio.

John Wick
John Wick | Agencias

Vale, en realidad el pequeño can era el único punto de contacto con su esposa muerta, pero bueno. A juzgar por las razones de la venganza del neo Western con Ethan Hawke‘ In a Valley of Violence’, otro perrito, parece que, efectivamente, la tendencia es firme.

Para explicar el éxito de ese primer capítulo, hay que dar con la clave de que el guionista Derek Kolstad escribió un guion con estructura de novela gráfica, y los cineastas ayudaron con toque visual de cómic. También hay toques de influencia de Sergio Leone, Peckinpah y Akira Kurosawa pero todas esas intenciones no acaban de brillar del todo hasta la nueva segunda entrega. Una aventura más grande, sangrienta y cohesionada que hace mejor a su antecesora, logrando expandir su universo y dándole una nueva dimensión es posteriores revisionados.

 

El nuevo equilibrio logrado entre la historia y la construcción de un submundo de crimen organizado de tebeo logra que cada encuentro con algún personaje suponga un descubrimiento de un reino enmarañado y fantasioso con armas de alquiler servidas por camareros, compañeros de trabajo del crimen con códigos y vidas que se entrelazan.

Hay un punto que incluso sabe a cine añejo, con algunos títulos de culto del noir más underground como ‘A quemarropa’ que le da una cualidad atemporal. En una época en la que los estudios se lanzan tan fácilmente a cualquier oportunidad de ampliar una marca o propiedad, ‘John Wick’ presenta una oportunidad de hacerlo a través de un interés genuino y natural por un universo que sigue su propia lógica.

Es puro cine bis, llena de frases risibles y rictus al borde de la caricatura, pero en cuanto hay demasiada intensidad todo se refresca con un buen tiroteo y sangre por doquier. Las escenas de acción están realizadas por el actor en su mayor parte, y aunque en un mundo de saltos creados por CGI no llamen la atención, el trabajo de 'stunt' del actor hace que parezcan fácil, pero para que llegaran a lucir así en pantalla le costó muchos meses de entrenamiento.

Mientras que la idea de una precuela televisiva, explorando el pasado en la mafia de Wick, está en el aire, podemos acercarnos a esta última entrega, que además supone el reencuentro cinematográfico entre Neo y Morfeo de ‘Matrix’ ya que Lawrence Fishburne tiene un pequeño papel como antiguo asociado de Wick.

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