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¿QUIÉNES SON? ¿TE ACUERDAS DE ALGUNO DE ELLOS?

¿Los cortometrajistas de los Premios Goya son la cantera o los 'losers' del cine español?

En la propia gala de los Premios Goya se suele bromear con la falta de interés que tienen los cortos para los espectadores. Generalmente suben al escenario personas a las que no conocemos, por proyectos que no hemos visto, y de los que que probablemente nunca volvamos a saber.

-Rodrigo Sorogoyen en un rodaje

Rodrigo Sorogoyen en un rodajeCaballo Films

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Hace unos años vi recoger un Goya a un cortometrajista acongojado, de unos 40 años. Tartamudeaba al intentar recordar su lista de agradecimientos, y se emocionaba al verse siendo el centro de atención de toda España. No recuerdo su nombre, no creo haber visto su corto.

Pero sí recuerdo que al día siguiente fui al mercado, y la carnicera mencionó ese momento, y me dijo: “Dios, que pena daba ese tío, deberían prohibir a los que no son famosos subir a recoger premios: cortan el rollo y dan vergüencita”.

Ese momento de gloria del cortometrajista anónimo probablemente no le interesó a nadie. Los organizadores de la gala no le dieron mucha importancia, y el respetado público pasaba olímpicamente mientras, tal vez, aquel director sensible temía que le diera un ataque de corazón delante de toda España en el momento más exitoso de su vida.

Mi hipótesis es que tal vez ese tipo jamás volvió a pisar una alfombra roja de los Goya. Y tal vez nadie le eche en falta, porque los cortos no interesan demasiado, no dan dinero, “nadie” los ve, y estorban en la gala. Los cortos son los “raritos” de los Goya y por eso me caen bien.

El cine low cost es el nuevo trampolín, pero no va a los Goya

¿Quién quiere rodar un corto caro pudiendo rodar un largo barato? El cine independiente son los nuevos cortos, no cabe duda. Pero sigue teniendo el mismo problema que los cortos ¿quién ve cine indie en España? ¿Se saca dinero con eso? ¿Rodar un largo independiente ayuda a hacer algún día cine con presupuesto?

Yo rodé un largometraje rarito. No opté ni a rellenar el impreso de los Goya, mi peli es indie y autoproducida. Tuve más probabilidades de encestar con el tímpano el impacto de un meteorito llegado de la única galaxia con vida extraterreste, que de ir a la alfombra roja de los Goya.

Y pese a que no soy popular, los tomatazos de los trolls no tardaron en llegar vía Twitter, FilmAffinity, y blogs…

Probablemente. tuve más críticas por un largo pobre de 120 minutos que por un corto caro de 5 minutos. Una masa enfervorecida lamentaba que yo hubiera rodado ese despropósito con sus impuestos (falso, porque lo hice con mi propio dinero), y que les hubiera robado dos horas de su vida (incorrecto, porque precisamente los trolls decían abiertamente que habían pirateado mi película).

Sin embargo, el comentario que más me hirió fue el más inexacto, después de fusilar hasta el último detalle de mi peli, un troll entró en temas personales y decía algo así: “Conozco bien a David Navarro, es un amargado que ya ha pasado de sobra los cuarenta años, está acabado y quiere pero no puede”.

Rodé mi película con 31 años recién cumplidos, pero ese comentario sobre mi edad (y mi ineptitud) me dolió, porque me pareció demasiado gratuita. ¿Qué clase de persona dedica su energía a despreciar a otra persona?

Supongo que ambos nos parecemos, somos unos apasionados que invertimos nuestro tiempo en crear ficción, él escribe y yo ruedo. Y ambos tenemos un público muy minoritario. Probablemente yo solo emocioné con mi peli a una decena de personas, y él solo a mí.

¿Quiénes optan al mejor corto este año en la gala? ¿Dires de 50 años?

El otro día me dijeron: ¿te has dado cuenta de que los cortometrajistas nominados a los Goya siempre son cincuentones que no logran encontrar el éxito y siguen intentándolo con los cortos? No me lo dijeron para ridiculizar a los cortometrajistas, todo lo contrario, sino para retratar una idea de precariedad de la industria cinematográfica española.

Si hay cincuentones haciendo cortos, cuando deberían estar dirigiendo pelis, significa que la industria no funciona. ¿No? Son cosas que se oyen mucho en España: que nuestra industria cinematográfica es torpe. Que siempre son los mismos. Que no se da oportunidades a los nuevos talentos… Todo eso es verdad y a la vez mentira, según donde fijes la lupa y el listón.

Pero cuando escuché esa frase sobre los cortometrajistas cincuentones me acordé de la crítica que me lanzó aquel troll anónimo y el comentario de la carnicera. “Dios, qué pena...”. Y reconocí un ángulo de esta industria del que nunca me había percatado. ¿Quiénes son los 'losers', los juguetes rotos de segunda, los olvidados del cine español? Los raritos...

Me pregunto: ¿escribo un artículo sobre los tipos maduros que hacen cortos mientras ven como los “Bayonas” y los “Amenabars” prosperan?

Empiezo a documentarme. Tomo nota de quiénes están nominados este año al mejor corto de ficción, echo mano de IMDB, Wikipedia y las fichas de los festivales en los que han sido seleccionados. Descubro que el mayor es Lino Escalera, de 44 años y el más joven es Carlos Solano, de 30. No me parecen malas edades.

Reviso sus filmografías y descubro que los más mayores han rodado pocos proyectos pero muy espaciados (un corto cada cinco años). Y descubro también que los jóvenes no han parado de rodar, en algún caso, incluso tres cortos al año.

Casi todos han rodado un largo recientemente. Rodrigo Sorogoyen (que viene del poco cine indie que apoyó los Goya, ‘Stockholm’ en 2013) nos dio ‘Que Dios nos perdone’ en 2016, con 4 millones de euros de presupuesto. Los demás han rodado largos más bien minoritarios o con una taquilla poco exitosa. Lo cual retrata bien el español.

 

Reviso la edición anterior, de 2017. Los datos son similares. El mayor es Juanjo Giménez Peña, con 54. Y el más joven Damià Serra, con 25. Ambos tienen un currículum razonable, y cuanto más pienso en esto, menos se me encienden las alarmas y las hogueras.

Mujeres nominadas

Miro 2016, igual. Un momento ¿no hay mujeres? Sí, de entre los 15 nominados de las últimas tres ediciones (5 nominados al año) 13 son hombres y 2 son mujeres. Eso sí que es un mal dato, pero no difiere en cómo está la igualdad en los largometrajes.

 

Miro lo Oscars, reviso quienes están nominados este año a mejor corto. Y sorpresa: el perfil es similar al español. El nominado de más edad de esta edición tiene 43 años, y el más joven 25. En cuestión de igualdad, las cosas van algo mejor en los Oscar, de los 5 nominados de este año, 2 son mujeres.

Probablemente la gente que está en los Oscar no sea tan diferente a la que opta a los Goya. Pero aquí nos falta amar y creer que todo esto sirve para algo, que las historias deben ser contadas y que los directores que llegan a la alfombra roja, aunque sea en la categoría de corto, son auténticos héroes que han superado muchas batallas, muchísimas, y han ganado.

Entonces, ¿quiénes son los losers, los juguetes rotos de segunda, los olvidados del cine español? La respuesta está clara, los del cine indie (yo) y los trolls que sólo son leídos por los directores que se auto-producen.

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