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Se estrena ‘Ana y el apocalipsis’, un musical navideño independiente con zombies,

Siete de los musicales más extraños de la historia del cine

Se estrena ‘Ana y el apocalipsis’, un musical navideño independiente con zombies, coreografías, gore y una historia romántica. Nada del otro jueves si has visto alguno de estos siete musicales con Drags de otra dimensión, vampiros campeones del billar, recuperadores de órganos transplantados y Wagner convertido en un Hitler resucitado por Frankenstein.

-Repo! The Genetic Opera (2008)

Repo! The Genetic Opera (2008)Agencias

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El fantasma del paraíso (1974)

 

Puede que la más célebre del lote que hemos preparado, esta revisión de ‘El fantasma de la ópera’ en el mundo discográfico de los 70 es el accidente cinematográfico más demencial que se haya producido por unos grandes estudios.

Dirigida Brian De Palma, sí, sí, el de ‘Carrie’ y ‘Los Intocables de Elliot Ness’; fue protagonizada por Jessica Harper, la bailarina americana de ‘Suspiria’ de Dario Argento, el peculiar Paul Williams como un querubín demoníaco parecido a un gnomo y el habitual de De Palma, William Finley como el Fantasma. Su trama mezcla desde la obra de Gaston Leroux a ‘Frankenstein’, ‘El retrato de Dorian Gray’ y el mito de Fausto en un espectáculo de extravagancia glam-rock, estética hortera, purpurina, neón y humor corrosivo.

Lisztomania (1975)

 

Probablemente, los amantes de Franz Liszt no encontrarán en esta biografía la versión que esperaban. Probablemente ver al músico encarnado por el cantante de los Who, Roger Daltrey, subido encima de un pene gigante y Ringo Starr haciendo del Papa no es lo que una fundación cultural subvencionaría. Una película tan excesiva como lo más escandaloso de Ken Russsell, es decir, extrañas secuencias fantásticas de imágenes religiosas, metáforas visuales y desnudos abundantes.

Una tira cómica en diez episodios de la vida de Franz Liszt: como amante, como hombre de familia, como estrella del pop, visualizado con distintos estilos, desde el cine mudo a la ópera rock. Lisztomania ha quedado relegada al olvido porque ni era lo suficientemente culterana para los entendidos ni accesible para los fans del más famoso musical de Russell, ‘Tommy’. Por ello, a muchos les costaría encontrarle la gracia a ver a Wagner renacido como el monstruo-vampiro-Hitler de Frankenstein, que asesina a judíos con una ametralladora, que por supuesto, succiona la sangre de Liszt tal y como el de verdad hacía con sus composiciones.

La zona prohibida (1980)

 

‘Forbidden Zone’ es uno de los musicales extraños más inclasificable. En él, Susan, una chica francesa, llega accidentalmente a la Sexta Dimensión y los miembros de su familia intentan rescatarla derrotando a su malvada reina pero una vez derrocada deciden quedarse y Susan se casa con el rey enano.

Un argumento cercano al cuento de hadas pero lleno de imágenes inusuales, como una rana en esmoquin, un hombre araña de verdad, princesas en topless, niños sin cabeza y gemelos que balbucean entre insertos animados y música de la banda de ska Oingo Boingo, y de Danny Elfman, el habitual de Tim Burton, que aparece como el demonio, cantando una versión de ‘Minnie the Moocher’. Dirigida por su hermano Richard Elfman, tuvo su origen en los extraños espectáculos de un grupo del teatro del absurdo y terminó siendo un experimento de culto en el que caben John Waters, ‘Cabeza Borradora’, los dibujos animados de Max Fleischer, el pulp de Flash Gordon, el expresionismo alemán, el Lindi-Hop y la filosofía contracultural del dibujante Robert Crumb.

La manzana (1980)

 

Si alguno se pregunta cómo quedaría un musical con ecos de la biblia en manos de la productora de muchas películas de Stallone y Chuck Norris debe buscar ‘The Apple’, considerada como una de las peores-mejores películas de los ochenta. En el futuro distópico de 1994, Boogaloo International Music, un gobierno totalitario de la industria discográfica, controla a la población a través de la música disco, lo que lleva a una trama tipo ‘La fuga de Logan’ con estética de ‘Xanadu’ y números al estilo de ‘¡Que no pare la música!’.

Con algunos ecos mesiánicos como el pasaje en el infierno de Dante titulado ‘Prueba la manzana’, que presenta al villano como Satanás, con un séquito que parece un número de Ru Paul. El desastre es tan antológico que se convierte en pura diversión. Un argumento lleno de Deus ex machina, canciones malas e inconexas y vestuario que incita a arrancarse los ojos. Tan deliciosa y perjudicial para el cerebro como cualquier sustancia no legal.

Shock Treatment (1981)

 

Sí, la mítica ‘Rocky Horror Picture Show’ era ya uno de los musicales más extraños que se haya hecho nunca, pero claro, nada puede ser más extraño que su secuela, de la que muy poca gente se acuerda. Tiene a Janet y Brad (interpretados por otros actores) pero son películas muy distintas. De ahí la decepción que se encuentran muchos de los incondicionales de la original cuando encuentran una ácida sátira sobre el propio fenómeno fan generado por el primer musical.

Por supuesto, se echa en falta a Tim Curry, sin embargo, el mismo espíritu transgresor sigue intacto, es gloriosamente surrealista y con una banda sonora sin nada que envidiar a la de su predecesora. Además, ¿cuántos musicales que transcurran en un psiquiátrico que a su vez es un programa de televisión has visto? Ah, y vuelve a aparecer Jessica Harper de ‘Suspiria’.

Billy the Kid and the Green Baize Vampire (1987)

 

Uno de los musicales más raros que pude ver de niño fue ‘La pequeña tienda de los horrores’, sobre una planta carnívora que convence a Rick Moranis para que mate y le alimente, pero cuando crecí me di cuenta de que era bastante popular, por lo que sí, sigue siendo extraña, pero no es una rareza como este film británico que nació en la misma etapa en la que, de alguna manera, ese tipo de musicales bizarros se puso de moda por alguna razón.

Básicamente, su argumento narra la rivalidad del vampiro del tapete verde, seis veces campeón mundial de billar, y Billy the Kid, un joven engreído que busca robar su corona. Con ecos del absurdo de ‘Tommy’, esta especie de ‘El color del dinero’ con gangsters, cowboys, vampiros y música parece una película de deportes dirigida por Peter Greenway.

Repo! The Genetic Opera (2008)

 

Un musical distópico, metalero y gore. ¿Quién ofrece más? En el futuro, a la población le gustan los trasplantes de órganos por diversión. Pero son caros, por lo que necesitan hacer pagos. ¿Qué pasa si no haces un pago? Pues que la compañía envía a un representante para asesinarte brutalmente y robarte tus órganos mientras tu cuerpo es arrojado a una fosa común.

Y en ese planteamiento, tenemos una película musical. Bueno, no tanto un musical, como una ópera, con la diferencia de que, efectivamente, pasan toda la película cantando una canción en cada escena. Mezcla la violencia del torture porn, la estética gótica trasnochada de finales de los 90 y un poco de cabaret un-metal entre ‘Mouling Rouge’ y ‘’Rocky Horror Picture Show’ con enfermeras sexys lesbianas, mad doctors y protagonistas que parecen fans de Evanescence o Nightwish en una convención de cosplayers.

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