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SEMANA SANTA

Así es ser costalero desde los 14 años y participar en las Procesiones de Semana Santa

Alejandro ingresó a la Hermandad en octubre del 2009, con apenas 14 años. Llegó acompañado de sus padres y por un profesor de religión, que luego se convirtió en padrino de confirmación. Con esa edad tuvo “el privilegio” de ser costalero representando al grupo joven de la Hermandad Sacramental y Carmelitana de los Gitanos.

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“Para mí, esta Hermandad, es una gran familia. Tenemos un gran lazo de unión y de amistad”, comenta Alejandro.

Los jóvenes, que concurren al grupo los martes por la tarde y un sábado al mes, dividen su tiempo entre estudios y trabajo. Durante la Cuaresma se involucran de lleno y esas pocas horas semanales quedan en el recuerdo reciente.

Alejandro representa el sentimiento de la mayoría de sus compañeros. Afirma que nunca se ha sentido un bicho raro entre sus pares por pertenecer a una Hermandad.

Con el paso del tiempo su círculo social se convirtió en el mismo en el que encontraba afinidad espiritual.

Sus amigos están allí y su pareja también, no es el único en estas condiciones de esta Cofradía. Sus actividades incluyen mucho más que rezo y formación cristiana.

Los pequeños de esta Hermandad están divididos, solo con fines prácticos, entre menores de edad y jóvenes.

Son cerca de 50 integrantes los que intervienen de manera activa. Basta, solamente, con que estén bautizados y que sientan especial interés por el culto.

Los miembros del Grupo Joven no abonan ninguna cuota y se rigen por las mismas reglas que los adultos.

Se estima que en el país existen cerca de 10.000 cofradías, integradas por alrededor de unos 3,5 millones de personas.

Cuesta encontrar una Hermandad que tenga un espacio destinado a los más jóvenes, mucho más difícil es poder hablar con ellos.

La de los Gitanos de Madrid, en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, cuenta con redes sociales y una división de roles que permite una comunicación abierta y didáctica para que cualquier persona pueda conocer cómo trabajan.

De cada paso de esta Hermandad participan 35 costaleros, por turno, que portan cerca de 1.350 kilos. Alejandro no puede cumplir esa función este año porque se ha lesionado la espalda.

“Es lo primero que tengo pensado hacer cuando me recupere”, asegura. Aunque le cuesta definir con frases lo que siente cuando porta las imágenes sí lo sabe transmitir con la mirada y los gestos.

Este miércoles 17 de abril saldrán a la calle 140 costaleros cargando más de 30 kilos cada uno. Mayordomía y acólitos los secundarán por las calles del Madrid más castizo, algunos por primera vez.

No cree que esté renunciando a nada por pertenecer a la Hermandad. Parte de su trabajo en esta Cofradía es prestar ayuda a otras Hermandades.

Colaboró en distintas procesiones cuando les hacía falta gente y reconoce que ellos, Los Gitanos, también pidieron socorro para algún paso.

La Hermandad Sacramental y Carmelitana en Madrid se inicia en 1995 con la premisa de fundar una Hermandad de Penitencia con las mismas reglas y advocaciones que la de Los Gitanos de Sevilla.

La Iglesia del Carmen ha cobrado un cariz especial estas semanas gracias a esta Los Gitanos. En el altar, el coro ensaya mientras en uno de laterales algunos cofrades ultiman los detalles del besamanos.

Hay un murmullo alegre que se cuela por cada una de las salas y la Sacristía.

Para Alejandro, probablemente este sea el último año que pueda participar del Grupo Joven. Pasará a otro sector de la Hermandad, deja entre los recién llegados, anécdotas, algunos años de su vida y gran parte de su niñez.

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