Los pisos colmena a 250 euros también estarían prohibidos en Madrid

El debate está servido. La empresa Haibu 4.0 quiere implantar en España las llamados ‘pisos colmena’. Microcápsulas de apenas 3 metros cuadrados por las que los inquilinos pagarían 250 euros al mes. Una iniciativa que planea poner en marcha con una primera colmena en el barrio barcelonés de Sants-Badal, para después extenderse a otras ciudades como Madrid, Roma o Copenhague.

Los habitáculos miden 1,2 metros de alto y ancho por 2,2 de largo. Cuentan con cama, mesa y estantería, mientras que el baño, la cocina y el comedor serían compartidos. Porque esa es, quizá, la clave del asunto: la empresa asegura que su idea tiene 'vocación comunitaria'. De hecho, sus impulsores -entre los que están Marc Olivé y Eddie Wattenwill- se autodefinen como “un grupo de emprendedores con iniciativa social, preocupados por la falta de habitabilidad para la gente más modesta o con necesidades peculiares”.

Pero hay más. No se aceptará alojar a otras personas en las colmenas ni prestarlas a amigos o familiares. Los ruidos o llamadas telefónicas se realizarán sin molestar. Y no se permitirán drogas. ¿Unas normas demasiado restrictivas? Nada de quejarse.

Según adelantó el portal inmobiliario Idealista, “no se podrá criticar el funcionamiento de las colmenas en público o perfiles sociales”, ya que “se considerará como acción negativa contra la colmena y el residente será expulsado”. Asimismo, se exige no tener antecedentes penales, se prohibe la entrada de mascotas y se exige el llamado “certificado de Haibu 4.0”, que señala que el perfil es apto para ocupar una colmena.

¿Se podrían ofertar en Madrid los pisos colmena?

Lo inusual de su propuesta ha hecho saltar todas las alarmas. El Ayuntamiento de Barcelona se ha apresurado a aclarar que las colmenas “nunca contarán con licencia municipal ni de distrito al no cumplir con la ley vigente, que marca un mínimo de 40 metros cuadrados de superficie” para una vivienda. Del mismo modo, explican que la empresa no se ha puesto aún en contacto con las dependencias municipales de la capital catalana.

Desde otros ayuntamientos, como el de Madrid, son igualmente claros: “Las condiciones mínimas que debe cumplir una vivienda están estipuladas claramente en las Normas Urbanísticas del Plan General”, recuerda el consistorio madrileño a Tribus Ocultas.

Madrid prohíbe la infravivienda, pero con excepciones

La legislación deja claro que “se considera como vivienda mínima aquella que cuenta con estancia-comedor, cocina, dormitorio y aseo, y cuya superficie útil sea superior a 38 metros cuadrados”.

Hay una excepción: “Podrá admitirse reducir la superficie útil hasta 25 metros cuadrados en el caso de que únicamente disponga de una estancia-comedor-cocina, que puede servir de dormitorio y un cuarto de aseo”. No: la capital no parece dispuesta a abrir sus puertas a los pisos colmena.

¿Y qué dice la empresa ante tantas puertas que se cierran? “Ha habido cierta confusión con este tema y estamos algo desbordados”, cuenta a Tribus Ocultas Victoria Cerdán, de Haibu 4.0.

La excusa de vivienda comunitaria

“La gente no va a vivir en esos pequeños habitáculos, sino en estancias más grandes que cumplen la normativa, con su cocina, office y salón. La cápsula, en realidad, se limita a la cama y poco más: una estantería y un pequeño escritorio. La vida se realiza en el resto de las estancias compartidas”.

La idea surgió, según relata Cerdán, tras conocer de primera mano casos extremos de exclusión social. “Personas que cobran 450 euros y se ven obligadas a vivir en cajeros o en coches. Nos preguntamos por qué no crear un proyecto asociativo para darles una solución de habitabilidad, y nos inspiramos en los hoteles cápsula que proliferan en países como Japón”, cuenta.

Sin embargo, en Japón, los habitáculos cápsula no suelen ser lugares de hospedaje, sino más bien, la mayoría son cápsulas para descansar durante un viaje con escalas o estancias de paso, es decir, están en zonas cercanas a aeropuertos o estaciones de tren o autobús.

“Aún no hemos hablado con los ayuntamientos”, concluye Cerdán. “Estamos estudiando la normativa para presentar la propuesta a los consistorios [Barcelona o Madrid], quizá constituyéndonos como cooperativa o asociación. Pero los medios de comunicación se han interesado por ella antes incluso de que se presente el proyecto a las instituciones. Queremos que lo valoren y vean que lo que planteamos se ajusta a la legalidad vigente”.

En plena burbuja del alquiler en grandes ciudades, terminen o no haciéndose realidad, se ajusten o no a normativa, las casas colmena despiertan recelos: pisos con una estancia minúscula de tres metros cuadrados para una cama por la que se debe pagar unos 250 euros al mes.