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EL FIN DEL VERANO AUMENTA LOS DIVORCIOS, PERO...

Las parejas homosexuales rompen menos que las heterosexuales

Un estudio del Instituto Williams de la Facultad de Derecho de UCLA encontró que las parejas masculinas del mismo sexo permanecen juntas más tiempo que las parejas heterosexuales o lesbianas.

-La pareja gay que contrajo matrimonio en Dinamarca

La pareja gay que contrajo matrimonio en DinamarcaPavel Stotsko | Facebook

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Acaban las vacaciones y suele ser un clásico en las consultas de psicología el repunte de las peticiones de ayuda relacionadas con los problemas de pareja y en los juzgados el aumento de las demandas de separación. Suele ser este un proceso doloroso, marcado no solo por la pérdida del otro sino por el resto de pérdidas que implica terminar una relación: económicas, sociales, familiares, de ocio… se puede hacer más llevadero según las condiciones en las que se dé y nuestros recursos a la hora de afrontarlo.

No es lo mismo dejar que ser dejado, que sea una solución pactada, de mutuo acuerdo (las menos) o con un alto nivel de conflictividad, que haya hijos en la pareja o no, etc. Sea como sea podemos hacer que el impacto emocional que supone sea menor si comenzamos rápido el proceso de adaptación.

Un estudio reciente del Instituto Williams de la Facultad de Derecho de UCLA encontró que las parejas masculinas del mismo sexo permanecen juntas más tiempo que las parejas heterosexuales o lesbianas. No solo eso, sino que las parejas de lesbianas tienen dos veces más probabilidades de separarse que las parejas homosexuales y 1,5 veces más probabilidades que las parejas heterosexuales de separarse.

Los investigadores examinaron 515 parejas en Vermont durante un período de 12 años, del 2002 al 2014. Los investigadores prestaron atención a varios factores: la duración de las relaciones, los niveles de ingresos y educación, si las parejas estaban casadas, tenían hijos y la calidad general de la relación, incorporando factores como la confianza.

Para comenzar este proceso lo antes posible, lo primero que debemos es permitirnos un tiempo de duelo, de reflexión, sin alimentar culpas ni buscar culpables. Es un tiempo de asimilar la pérdida, de prepararnos para los cambios que van a llegar, para aprender a estar solos de nuevo, para reorganizar el proyecto vital.

A pesar del dolor que supone, lo podemos convertir en un momento de crecimiento personal, enriquecedor si lo enfocamos no desde el punto de vista del fracaso, sino desde la oportunidad de vivir una nueva etapa en nuestras vidas.

Curiosamente, las tasas de ruptura de la pareja de hombres del mismo sexo no se vieron afectadas por el hecho de estar o no casados. Los niveles de ingresos y los hijos no tenían relación con si las parejas se separaban antes o no.

La mayoría de los estudios que han abordado las relaciones de pareja como materia de interés se han centrado en las relaciones heterosexuales. Autores como Kurdek, Peplau y Gottman et al. Fueron pioneros en realizar estudios para entender a la pareja homosexual más allá de los prejuicios, considerando variables culturales y sociales.

Hoy en día, la investigación en el área está viviendo un proceso que busca derribar los antiguos prejuicios y estereotipos relacionados con esta materia, para abordarlo desde una perspectiva científica.

Estos estudios se han realizado principalmente en Europa y Norteamérica donde, si bien persisten acciones discriminatorias contra las personas homosexuales, han mostrado un cambio cultural que tiende a la inclusión y a la igualdad de derechos; ejemplo de ello es la legalización del matrimonio homosexual, hoy presente en varios países.

Los investigadores descubrieron que las relaciones más largas, la edad avanzada y mejor calidad en la relación, reducen las posibilidades de ruptura de una pareja sin importar el sexo. Esto podría explicar por qué algunas personas prefieren parejas mayores: Estadísticamente, mejoran las probabilidades de permanecer juntos, tal vez porque entienden mejor quiénes son y lo que quieren de una relación.

Las parejas lesbianas y heterosexuales se separan más a menudo porque las mujeres tienden a ser menos tolerantes a relaciones de baja calidad.

Es decir, las mujeres que rompieron sus relaciones lésbicas y heterosexuales indicaron una menor satisfacción con sus relaciones.

Lo que esto significa es que la longevidad de las relaciones entre personas del mismo sexo no es necesariamente una prueba de superioridad. De hecho, puede indicar que los hombres pueden estar mucho más dispuestos a permanecer en malas relaciones más tiempo, incluso si su satisfacción general es menor, aunque los datos publicados hasta el momento no incluyen las medidas de calidad de la relación general para permitirnos comparar y contrastar.

Y ante todo hay que tener siempre presente que seguimos siendo valiosos y merecedores de que nos pasen cosas buenas en la vida, que con el tiempo las heridas sanan y se abren nuevos escenarios para disfrutar del amor y de la vida, como ya decía Scarlett O´hara en lo que El viento se llevó: “…después de todo, mañana será otro día

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