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AMARNA MILLER DESDE LOS ÁNGELES

Llevo un mes sin generar basura y no ha sido nada fácil

Sentada en una silla blanca y rodeada de plantas, Lauren Singer me explica con pelos y señales cómo lleva prácticamente cinco años sin generar basura. Entre bolsas reutilizables, botellas de cristal y trucos para comprar comida al por mayor, esta gurú del “Zero trash movement” ha adaptado su vida y modificado sus hábitos de consumo para no malgastar absolutamente nada de lo que llega a sus manos.

-Amarna Miller.

Amarna Miller.D.R.

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En realidad nunca he quedado con Lauren, pero soy asidua a su canal de Youtube “Trash is for tossers” (Que se podría traducir como “La basura es para los egoístas”) donde explica de qué manera hace sus propios productos cosméticos, cómo obtener comida que no esté empaquetada y la forma perfecta para comprar ropa sin generar ni un ápice de desperdicio.

Inspirada por esta veinteañera con muchas ganas de cambiar el mundo decidí adoptar su estilo de vida a pies juntitas. Siguiendo uno de esos retos mensuales a los que ya os tengo acostumbrados (como cuando me mudé durante treinta días a mi coche y finalmente decidí dejar mi casa y vivir en él) he estado analizando de qué manera genero basura y cómo puedo eliminarla alterando mis rutinas para llevar una vida más sostenible. Cuando empecé, el reto que me propuse fue poder acumular toda mi basura no compostable de un mes completo dentro de una jarra de cristal.

Aparte de ser una persona a la que le encanta reflexionar sobre el mundo en que vivimos, considero que como personaje público tengo una posición privilegiada a la hora de comunicar hábitos saludables que puedan reducir nuestra huella de carbono en el mundo. Es obvio que tenemos un grave problema de falta de recursos (o más bien, derroche de recursos) y hemos de empezar a tomar acción para dejar de deteriorar el ecosistema. Mi intención con este reto es personal, pero también inspiracional. Quiero analizar racionalmente mi consumo y eliminar aquellos comportamientos que no concuerdan con mis principios, pero también aportar sugerencias a todos aquellos usuarios que quieran unirse a mi propuesta.

Por el sistema en que vivimos y la educación que hemos recibido, estamos acostumbrados a comprar muchas más cosas de las que realmente necesitamos. Nos ofrecen productos de un solo uso y los aceptamos sin rechistar porque ni siquiera pensamos dos veces si existe otra opción posible. ¿Por qué las tiendas de alimentación no ofrecen artículos (aceite, bebidas…) que podamos comprar rellenando nuestros propios envases? Por supuesto, existen los productos al por mayor y la venta de género al peso pero sigue siendo una opción minoritaria. Se nos obliga a consumir plástico, un producto dañino en su uso y fabricación, y que supone un desperdicio de recursos a la hora de pasar por el proceso de reciclado. Dicho alto y claro, generamos demasiada basura.

Mi objetivo en este reto es reducir drásticamente la cantidad de plástico que acaba en mi basura, y eliminar al máximo posible otros tipos de desecho, por ejemplo latas de aluminio o cartón encerado. Los restos orgánicos (pieles de frutas, despojos de alimentos…) y el papel y cartón recibirán una nueva vida dentro de la pila de compost que tengo en mi jardín, convertiéndose en abono para las plantas.

El primer paso a la hora de cambiar mis hábitos de consumo fue sustituir todos aquellos productos que uso en mi día a día por opciones que no generen basura.

- Los kleenex, el papel de cocina y las servilletas de papel dieron paso a opciones de tela que son fácilmente lavables. Reutilicé una antigua sábana bastante destrozada y la corté en trozos de diferente tamaño que ahora uso como pañuelos y servilletas.

- Para eliminar las botellas de agua de un solo uso me he acostumbrado a llevar en todo momento una botella con agua dentro de mi mochila. Si el líquido se me acaba mientras estoy haciendo recados a lo largo del día, simplemente entro en un bar o en una cafetería y pregunto si la pueden rellenar.

- Siempre llevo conmigo una pequeña jarra de cristal que uso para servirme el café en las cafeterías que solo ofrecen vasos de plástico. Una vez vences la vergüenza a la hora de preguntar al camarero de turno si puede servirte la bebida dentro de tu propio vaso, he de decir que la respuesta es en general extremadamente positiva. La gente se muestra curiosa por tu proyecto y puedes comenzar conversaciones interesantes.

- Dentro de mi jarra de plástico tengo otros dos objetos que utilizo a diario: una bolsa de tela de las que llaman “tote bag” por si acaso realizo alguna compra inesperada y una servilleta, también de tela, que en realidad es una de esas pequeñas toallas de secado rápido.

- El otro útil del que nunca me desprendo es un pequeño estuche con un juego de tenedor, cuchara, cuchillo y palillos, para evitar usar cubiertos de plástico.

Además, estoy aprendiendo a hacer mis propios productos de cosmética (cremas de manos, hidratantes…) y a sustituir el detergente químico por las increíblemente ecológicas “Soap Berries”, unos pequeños frutos con forma de semilla que generan naturalmente una sustancia que limpia y suaviza tu ropa. He hecho mi propio lava vajillas utilizando el envase del producto químico que antes compraba y ahora uso bolsas de tela para guardar las frutas y verduras.

En plena era del plástico, os animo de corazón a intentar reducir al máximo posible la cantidad de basura que generáis en vuestro día a día.

Por mi parte, he sudado, he llorado y he tenido que cambiar muchas de mis costumbres para poder llevarlo a cabo pero lo he conseguido y me siento extremadamente orgullosa de ello. Os dejo por aquí el primer video de este reto, en el que narro mis aventuras.

 

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