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CREAN UNA NUEVA TEMPORADA CADA SEMANA

La industria de la moda se forra con el cambio climático

Los guantes que antes se usaban de octubre a marzo, ahora ya no sabes ni dónde los viste por última vez. Sin embargo, la industria de la moda se frota las manos y traduce todo este fin del mundo en más dinero para sus arcas.

-Nunca la moda estuvo tan pasada de moda...

Nunca la moda estuvo tan pasada de moda...D.R.

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La Casa Blanca ha tirado a la papelera de reciclaje la web que mantuvo Obama sobre el cambio climático, pero nosotros seguimos con la sensación de que el invierno ahora solo dura una semana y para adornarlo le llamamos “ola de frío”.

En septiembre, se empezaba a usar la cazadora coincidiendo con las fiestas del pueblo (de ese que todos tenemos); abrigo, guantes y bufanda para el puente del Pilar; acojone porque llegaba la primera ola de frío (ola de las de verdad) para Halloween, que antes del cambio climático era el Día de todos los Santos.

Nos dirigimos hacia una eterna primavera, interrumpida brevemente por un asfixiante verano.

Las famosas dos temporadas anuales, primavera/verano y otoño/invierno ( S/S y A/W), terminaron hace tiempo. Y como no había quien comprara un jersey de cuello vuelto hasta bien entrado noviembre (cuando llevaba en el expositor desde agosto), las cadenas se comían sus stocks ropa con patatas.

Si añadimos que hasta el 7 de enero no se permitían las rebajas de manera oficial (con el consiguiente estímulo del consumo), hasta el mismísimo Amancio Ortega lloraba en un rincón de Arteixo temiendo ver disminuir algún cero de su cuenta corriente.

No obstante, ninguna industria como la de la moda para reinventarse y hacer del defecto virtud. ¿Cual fue la idea feliz? Dar carpetazo a las temporadas de seis meses y abrir un nuevo ciclo: una nueva temporada cada semana.

Si compraste una camisa hace un mes y medio no tengas ninguna duda: está pasada de moda. En ese tiempo se habrán presentado tantas colecciones que si quieres estar al día debes ojear de nuevo su web o tienda. Y compra. Así se crea una especie de efecto frenesí.

Porque lo que te ha gustado hoy y no te has decidido a llevar a casa no estará cuando regreses mañana presa del arrepentimiento. Zara, que todo lo sabe antes y mejor que nadie, ofrece directamente en su web el apartado última semana, no vaya y te pierdas en prendas obsoletas de hace quince días.

¿Y qué pasa con el stock que no se vende de la semana pasada? ¿No es peor tener tantas colecciones? En absoluto: la ropa que no se vende rebaja pasadas un par de semanas. ¿Y lo que sigue sin venderse? ¡Se rebaja aún más!

Así el flujo de consumo sobrevive y se hace fuerte. Quien entra solo a mirar acaba llevándose tres productos rebajados y otro a precio normal “de temporada” comprando el triple de lo que tenía pensado.

La fiebre de “temporada semanal” aún no está tan interiorizada por el consumidor en español, aun no se vuelve loco por repudiar lo que compró hace siete días y amar lo nuevo con ansia, pero en el resto de Europa Occidental algunos precios se descalabran tan solo por pertenecer a un producto que, ahora, ya no tiene un pespunte amarillo sino verde, pasado rojo, después de hilo transparente.

Y los consumidores lo siguen, lo veneran y codician. O en otras palabras: esa camisa que te gustaba de la colección Last Party, esta semana está en la After Party, que precede a la Glossy Cold o a la Winter Bloom. Si no tienes cash espérate a la Mid Season Sale y hazte con ella. En inglés todo parece tener más sentido.

¿Pero qué hacemos con tanta ropa? No problemo. La obsolescencia programada también llegó a la moda. Si naciste antes de 1990 recordarás como heredaste prendas de tus hermanos.

Ahora, lo mejor que puedes hacer con tu ropa vieja (de hace unos de meses) es tirarla a la basura con desdén y salir a comprar algo bonito, nuevo, y que mole.

No porque seas un snob y te haya calado el mensaje consumista, es que la ropa de la moda “semanal” no aguanta más de diez lavados.

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