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HAY EMPRESAS DOG-FRIENDLY QUE LO PERMITEN Y FOMENTAN

Hablamos con gente que se lleva al perro a la oficina (y son más felices que tú)

Hablamos con gente que se lleva al perro a la oficina y empresas que lo permiten y fomentan, algo común en otros países y prácticamente residual en España.

-Dog to Work Day

Dog to Work DayMike McCune (Flickr)

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Erik tiene un aspecto ciertamente fiero, fruto de su cruce entre rottweiler y algún otro perro mestizo. Pero nada más lejos de realidad: es uno de los habitantes más afables y queridos de la calle Velarde, en el madrileño barrio de Malasaña.

Allí, se ubica Cuervo Store, que es al mismo tiempo tienda de discos, sello discográfico y estudio de grabación. Y allí pasa la mayor parte de su vida junto al fundador y responsable del negocio, Paco Fernández.

“El estereotipo que mucha gente tiene de los rottweiler es lo contrario a Erik: es un buenazo”, cuenta Paco con orgullo.

“Cuando estoy de dependiente siempre se sienta a mi lado. Mucha gente se lleva un pequeño susto cuando va a pagar y, sin querer, le pisa y ve cómo se levanta de un salto. Pero rápidamente se dan cuenta de que es inofensivo. Erik está acostumbrado a ver a mucha gente desde el primer día. De hecho, llegó en el mismo momento que abrió la tienda, hace siete años, cuando un amigo me lo trajo siendo un cachorro tras encontrarlo abandonado en el campo”.

Paco tiene claros los beneficios de compartir su espacio de trabajo con su compañero de cuatro patas.

“Pasamos juntos la mayor cantidad de horas al día posible. A nivel personal, me supone una tranquilidad infinita pensar que no está solo en casa y que no tengo que salir corriendo a buscarle cuando termino la jornada laboral. Y para el resto de personas que trabajan en Cuervo se ha convertido en un miembro más de la familia. Erik nos permite tener otro foco de atención que siempre resulta amable y divertido”.

“Siempre que se porten bien, esta es su casa. Es exactamente la misma política que seguimos con las personas”

Darwinians Radio Bike es un espacio de coworking con capacidad para 50 personas, además de una emisora de radio y una empresa de diseño de bicicletas. Todo, ubicado en una amplia nave industrial junto al Ifema, en Madrid. Allí también se recibe con los brazos abiertos a los canes.

“Desde el primero momento tuvimos claro que eran bienvenidos”, explica uno de sus socios, Iñaki Junquera. “Siempre que se porten bien, esta es su casa. Es exactamente la misma política que seguimos con las personas”, afirma con rotundidad. Y así es.

2.000 perros en la oficina

Los casos de Cuervo Store y Darwinians son dos rarezas que se explican, sobre todo, por el hecho de que se trata de negocios pequeños. “En España aún son pocas las empresas dog-friendly, y la gran mayoría son del sector. Si hablamos de grandes compañías, que yo sepa solamente Purina y Affinity permiten a sus empleados trabajar junto a sus canes”. La que habla es Micaela Maza, responsable de la web Sr Perro, que recopila todo lo que gira en torno a la vida con perro, incluidos los comercios que dejan acceder a su interior con ellos y, claro está, también las empresas que lo fomentan.

“En EEUU llevan muchos años potenciando esta cuestión, sobre todo en ciertos sectores: Amazon o Google, por ejemplo, siempre han hecho gala de su condición de dog-friendly”, cuenta Micaela.

“Su ejemplo deja claro que, si se organiza bien, no tiene por qué ser un problema sino todo lo contrario: en el caso de Amazon, en su sede de Seattle puedes encontrar a unos 2.000 perros en un día de trabajo normal”. Y sorpresa: todo funciona a la perfección.

Desde Affinity, su responsable de Recursos Humanos, Teresa Niubó, presume de esa condición de empresa pionera en la materia. “Hace tres años nos convertimos en la primera gran empresa española que permitió a sus colaboradores llevar el perro a la oficina”, explica a Tribus Ocultas. “De hecho, antes de ese momento algunas personas de forma puntual venían con su perro y ya entonces veíamos lo positivo que era para todos. Generalizarlo fue una decisión fácil de tomar y que sólo ha tenido efectos positivos, tanto para las personas como para los animales”.

“Tener un animal de compañía en el trabajo mejora el ambiente laboral, aumenta la motivación y la sensación de felicidad de los trabajadores”

Como es lógico, llevar a tu animal de compañía al trabajo es optativo. “Lo bueno de poder venir cualquier día con tu perro o tu gato es que justamente te permite poder hacerlo cuando te apetezca y tu trabajo te lo permita”, explica Teresa. “Por ejemplo, en la sede central de Affinity (ubicada en L'Hospitalet de Llobregat, Barcelona) hay personas que viajan constantemente visitando puntos de venta, otras que pueden traer a su perro cada día y otras que lo hacen sólo en ocasiones puntuales. Cada uno se organiza como mejor le va. El hecho es que casi siempre hay algún perro o gato en la oficina”.

Menos estrés, más eficiencia

“Cuando hay un animal cerca… se nota”, apunta Niubó.

“El clima laboral mejora. La gente se acerca a saludarle y pregunta por él a su cuidador. Se establecen relaciones en la que el perro (o gato) actúa como desencadenante. Estudios como el de de la Universidad Virginia Commonwealth de Richmond (EE UU) demuestran que los empleados que acuden a trabajar con su perro presentan unos niveles de estrés inferiores al finalizar la jornada. Ésta y otras investigaciones han demostrado que tener un animal de compañía en el lugar de trabajo mejora el ambiente laboral, aumenta la motivación y la sensación de felicidad de los trabajadores”.

La ecuación es sencilla: empleados más felices equivale a mayor productividad. Todos contentos.

Micaela va un paso más allá y cita jornadas como el Día de llevar el perro al trabajo, una iniciativa muy extendida tanto en EEUU como en el Reino Unido. “Se lanzó para fomentar la adopción y cada año es más popular”, explica.

“Y luego hay empresas fabulosas, como la cervecera escocesa BrewDog, que no solo son dog-friendly sino que además contemplan dar una semana de permiso a los que decidan compartir su vida con un perro, para que el can pueda aclimatarse a su nueva casa en compañía de su dueño”. Una política que, por el momento, parece ciencia-ficción en España.

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