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ES UNA NUEVA TERAPIA PARA TRATAR LA ESQUIZOFRENIA

Enfrentan a enfermos de esquizofrenia con un avatar que reproduce las voces de sus alucinaciones

Un grupo de investigadores del King’s College de Londres ha inventado una terapia con avatares para tratar la esquizofrenia. El tratamiento consiste en enfrentar al enfermo con un avatar que pone cara a las voces que oye el paciente dentro de sus alucinaciones. Quieren así que las personas que sufren esta enfermedad la combatan poniéndole cara al troll.

-Una terapia recrea en avatares las voces de enfermos de esquizofrenia

Una terapia recrea en avatares las voces de enfermos de esquizofreniaKings College

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“En torno al 60 o 70% de la gente que tiene esquizofrenia experimenta alucinaciones auditivas, normalmente consistentes en insultos y amenazas”, informa el comunicado emitido por el King’s College.

“Para la mayoría de la gente, los tratamientos con drogas reducen esos síntomas, pero aproximadamente uno de cada cuatro personas continúa oyendo las voces. La terapia cognitivo-conductual puede ser también útil, pero es una terapia larga y sus efectos sobre las voces tiene efectos limitados”.

La Terapia Avatar (Avatar Therapy), por el contrario, ha demostrado ser mucho más eficaz.

Según el informe publicado, la novedosa terapia consiste en ponerle cara digitalmente al troll para que resulte más sencillo hacerle frente.

Luego, un terapeuta le pone voz e interactúa con el paciente hasta que la alucinación desaparece.

“Antes de empezar el tratamiento, los pacientes trabajaron con su terapeuta para crear digitalmente un avatar de la voz que querían que desapareciera. Se tuvo en cuenta para ello lo que la voz decía, cómo sonaba y qué aspecto podía tener”, explican desde el Kind’s College.

 

“La terapia, a tres bandas, involucraba al paciente, al terapeuta y al avatar, con el terapeuta hablando tanto por sí mismo como por el avatar. En cada sesión, los pacientes pasaron entre 10 y 15 minutos hablando cara a cara con el avatar, plantándole cara y corrigiendo las falsas ideas que tenía sobre ellos”.

De esa manera, el paciente aprendía a controlar la conversación con la voz. Al final de la terapia, las voces se volvieron menos agresivas y menos frecuentes, e incluso 7 de los 75 pacientes en los que se probó dejaron de escucharlas por completo.

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