EL FENÓMENO CALL-TV
Cuando había porno webcamer en la tele: así eran los call-tv
Hasta hace muy poquitos años, las madrugadas televisivas daban cabida a unos concursos muy extraños que tomaron el testigo de un tipo de porno soft: hablar con una presentadora en directo. Para algunos, el fenómeno call-tv funcionó como una especie de webcamers, donde las presentadoras estaban a merced de cualquiera.
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No había inocentes, los call-tv eran concursos donde una presentadora mantenía las líneas en perpetua espera, mientras que los espectadores creían que podían salirse con la suya y ganar 500 euros acertando cuantas patas tiene un gato.
Como si fuera la víctima de un slasher, había algo morboso en ver a la presentadora de estos programas indefensa ante cualquier telespectador anónimo, ella ponía la cara y aguantaba todo lo que soportada la línea telefónica: insultos y excesos.
Fueron pasando de tener en antena a una chica guapa, a tenerla cada vez con más escote, hasta finalmente: reducir su vestuario a un bikini. Algo impensable a día de hoy, por suerte. Cosificación pura y dura de la que apenas nos separan unos añitos.
La nueva película de Norberto Ramos del Val habla sobre un programa de call-tv y la vivencia de su nueva presentadora.
La película es una crítica a la cosificación de la mujer, especialmente en la televisión, pero también es una comedia inquietante y sorprendente al estilo de las que Ramos del Val ya nos tiene acostumbrado con su guionista de cabecera, Pablo Vázquez.
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